Cuando se habla de una alimentación saludable, los omega-3 aparecen como grandes protagonistas que merecen más reconocimiento. Lejos de tratarse de una moda pasajera, existen varios motivos que indican que son ideales para ser ingeridos.

Los omega-3 son ácidos grasos esenciales, es decir, el cuerpo no los produce por sí solo y necesita obtenerlos a través de los alimentos. Su fama no es casual, ya que ayudan a reducir la inflamación, cuidar el corazón, mejorar la salud cerebral y hasta podrían influir en el estado de ánimo

Las fuentes de omega-3

No es necesario recurrir desde un comienzo a los suplementos. Algunos alimentos comunes son fuente natural de omega-3:

-Pescados grasos como el salmón, las sardinas, el atún y la caballa. Aunque no sea un clásico de todos los días en la mesa argentina, incluir pescado al menos una vez por semana suma muchísimo.

El salmón es uno de los pescados grasos que contiene omega-3 (larazon.es)

-Semillas de chía y lino: pueden ir en un licuado, mezcladas con yogur o en una ensalada. Además de omega-3, aportan fibra y saciedad.

-Nueces: ideales como snack saludable. Solo un puñadito ya aporta una buena dosis.

-Aceite de canola o de lino: menos conocidos que el de oliva, pero muy útiles para variar y sumar nutrientes.

Un puñado de nueces aporta una buena cantidad de omega-3 (lavanguardia.com)

Los beneficios del omega-3

El omega-3 se asocia con una menor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, ayuda a mantener los niveles de colesterol en valores saludables, y también se estudia su papel en la prevención de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. Además, puede ser un gran aliado en épocas de estrés o ansiedad.