Un cutis joven, firme y radiante puede lograrse a través de la aplicación de productos con una vitamina especial. Así lo señalan expertos de belleza y dermatología: la Vitamina C es el antioxidante favorito para combatir los signos de envejecimiento de la piel, además de ofrecer múltiples beneficios extras.
En este aspecto, se resaltan algunos beneficios:
-Antioxidante potente: neutraliza los dañinos radicales libres del sol y la contaminación, ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro
-Boost de colágeno: estimula su producción, lo que se traduce en menos arrugas y más firmeza.
-Uniformiza el tono: inhibe la tirosinasa, reduciendo manchas y mejorando la luminosidad.
-Anti-inflamatoria: calma enrojecimientos y cuadros de piel sensible.
-Extra UV friendly: aunque no reemplaza el protector solar, potencia su acción y protege la piel durante el día.

Cuándo y cómo incorporarla
Especialistas en dermatología coinciden en que la rutina día es ideal: limpiar la piel, aplicar Vitamina C, hidratar y finalizar con protector solar SPF 50+.
Paso a paso para un ritual perfecto:
En la mañana:
-Limpiar la piel con un jabón suave.
-Aplicar 3–4 gotas de sérum con Vitamina C sobre rostro y cuello. Darle toquecitos para mejor absorción.
-Esperar que se seque.
-Continuar con crema hidratante (ideal con ácido hialurónico o ceramidas).
-Colocar protector solar.
En la noche:
-Doble limpieza si hay maquillaje o filtro solar.
-Aplicar (sí o no) Vitamina C, o combinar en días alternos con retinol para regenerar sin irritar.
-Sellar con hidratante nutritiva.

Es importante que, previo a cualquier aplicación, se consulte con especialista en dermatología para que analice la propia piel y recomiende particularmente qué productos usar y con qué frecuencia.