En algunos países, como España, suelen implementarse cambios horarios con adelantos o atrasos de hasta una o dos horas según el momento del año en el que se encuentren (este fin de semana y a días de comenzar la primavera, se adelantó el reloj por una hora). Recientemente, una nueva investigación alertó sobre lo perjudicial que esto puede resultar para la salud.
Según este trabajo, donde participa la Universidad de Granada (España), las variaciones de luz a lo largo de las estaciones son suaves para permitir la adaptación humana, pero el cambio al horario de verano rompe con tal suavidad. Además, el horario de invierno evita el exceso de luz por la tarde/noche, considerado perjudicial para la salud al alterar el sistema cronobiótico de las personas.
"Los seres vivos, y me voy a referir ahora al ser humano, llevamos unos cuantos años en este planeta, y nos hemos adaptado perfectamente a esos ciclos a través de un exquisito mecanismo de relojería que está constituido por unas 20.000 neuronas localizadas en los núcleos supraquiasmáticos (NSQ) del hipotálamo", indicaron.
Esta zona refleja un mecanismo que comenzó con la evolución humana en pos de adaptarse al ciclo anual de estaciones. El reloj biológico central en lo NSQ expresa en forma rítmica una serie de genes y proteínas, "genes y proteínas reloj", que siguen un ciclo de alrededor de 25 horas en los animales diurnos como el ser humano, pero se sincronizan a 24 horas por el ciclo luz/oscuridad por medio de neuronas en la retina, las células ganglionares intrínsecamente fotosensibles.
A través de la melatonina pineal, una glándula neuroendocrina que recibe información del reloj biológico para decirle cuándo producir melatonina, el reloj informa al resto del organismo.
“Realmente, cada célula del organismo posee su propio reloj biológico, con los mismos genes y proteínas que el reloj central. Somos 30 billones de células y, por tanto, 30 billones de relojes biológicos perfectamente sincronizados cada 24 horas precisamente por esa señal de melatonina, que por ello se llama la hormona de la oscuridad y sincroniza la hora periférica con la del reloj central”, explicaron.
Las alteraciones por el exceso de luz del horario de verano
El exceso de luz altera el mecanismo de sincronización endógena cuando se recibe más luz blanca por la tarde/noche, una de las causas más frecuentes de trastornos de sueño por alteración del sistema circadiano. Esta alteración ocurre cuando se cambia la hora.
De este modo, al adelantar una hora, los relojes digitales y mecánicos se ajustan, pero el reloj biológico no cambia su hora, alterándose la luz que recibe y, por tanto, las señales que emite, tanto a la pineal como al resto de los relojes biológicos del organismo. Esto provoca un proceso de desincronización interna y la alteración del sistema cronobiótico, según detalla el estudio.
Cambio de hora y salud
Este informe de expertos mundiales revela efectos adversos, conocidos como “cronoriesgo”. Se trata de alteraciones cognitivas de atención y memoria en los días siguientes al cambio de hora que afectan a la salud (por alteración del ritmo circadiano de los neurotransmisores cerebrales); el aumento del riesgo cardiovascular, sobre todo en mujeres en el cambio a horario de verano; alteraciones de la presión arterial, afectación de la inmunoprotección, incluyendo aumento de alergias, ataques de artritis reumatoide y patologías relacionadas con el envejecimiento, entre otras.
Fuente: EFE.