Tras un nuevo fracaso del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, el Gobierno volvió a fijarlo por decreto, al igual que hizo durante 2024.
El decreto plantea un aumento del 8,5% hasta agosto, siendo el aumento de abril un 1,9%, por debajo de la inflación esperada para ese mes, que ronda el 3%, luego del 3,7% que registró en marzo.
Para los meses siguientes la variación es todavía menor y, si bien se espera que también la inflación continúa con un sendero decreciente, las primeras estimaciones de mayo esperan una inflación de 2,5% mientras que el salario mínimo tuvo un aumento de 1,9%.
Así, el mínimo en abril fue de $302.600, en mayo será de $308.200, en junio será $324.400, en julio $317.800 y en agosto de $322.000.
El aumento otorgado por el Gobierno está en línea con lo que pedían las cámaras que representan a los empleadores. El aumento sugerido por este sector era del 7,5% hasta agosto, esquema que hubiera dejado el mínimo de abril en $300.000. En tanto, los sindicatos por su parte pedían una actualización de más del 100% que llevaría al mínimo a $640.000 en abril.
Según analizó el Centro de Investigación y Formación de la CTA (CIFRA), el salario mínimo perdió un tercio de poder adquisitivo. Para el Centro de Economía Política (CEPA) la pérdida fue de exactamente el 30,4%.
El CEPA agregó que desde diciembre de 2019, la pérdida real del salario mínimo fue de 39,4% mientras que contra enero de 2018, previo a la crisis financiera del Gobierno de Mauricio Macri, la caída es del 51,8%. Esto implica que en siete años perdió la mitad de su capacidad de compra.
Si se lo analiza contra la canasta básica total, esto es, los bienes y servicios a los que debe poder acceder una persona para no ser considerada pobre, el salario mínimo de mayo no alcanza a cubrir una canasta básica total. Según estimó el CEPA, el mínimo alcanza a cubrir 0,8 canastas básicas para un adulto.
En noviembre de 2023, previo a la devaluación tras la asunción de Javier Milei, un salario mínimo alcanzaba a cubrir 1,2 canasta básicas para un adulto equivalente, mientras que en enero de 2018 esto ascendía a 1,8.
La canasta básica de marzo (última publicada por Indec), muestra que línea de indigencia para un adulto equivalente fue de $160.393, mientras que para una familia de cuatro personas ascendió a $495.616. La línea de pobreza en el mismo mes para un adulto fue de $356.073, mientras que para una familia tipo fue de $1.100.267.
Para el centro CIFRA, el salario mínimo alcanza a cubrir el 58,1% de la canasta básica alimentaria para cuatro personas, la cual determina la línea de indigencia. En el caso de la línea de pobreza, este ingreso no alcanza a cubrir un cuarto de la canasta.
A valores de hoy, el salario mínimo en enero de 2018 era de $628.000, al asumir Alberto Fernández en diciembre de 2019 era de $517.538 mientras que en noviembre de 2023 ya se ubicaba en $434.710.
Según el CIFRA, si el salario mínimo no hubiese perdido poder de compra, estaría actualmente cerca de los $700.000. Así, el salario mínimo es inferior al registrado en la década de los 90 o la crisis del final de la convertibilidad.
Comentarios