El mercado financiero argentino comienza la última semana de julio en estado de alerta. Tras el giro en la política monetaria impulsado por el Ministerio de Economía, los analistas recalibran sus proyecciones sobre el dólar, la inflación y las tasas de interés para los próximos meses. En simultáneo, se suman factores de tensión política y financiera que podrían alterar la relativa calma cambiaria.
Uno de los focos principales será el desarme de las Lefis. Con la decisión del Gobierno de eliminar este instrumento y absorber pesos vía pases pasivos del BCRA, la City reaccionó con un reacomodamiento general de expectativas: economistas ahora prevén un posible repunte del tipo de cambio hacia fin de año, mayores presiones sobre los precios y una revisión de los plazos de la desinflación. El shock no es menor: la tasa efectiva mensual quedó en torno al 4,2%, generando una especie de “vacío” de referencia para instrumentos de cobertura.
Mientras tanto, se multiplican los vencimientos de deuda en pesos sin que el Gobierno tenga disponible la herramienta de las Leliqs para esterilizar excedentes monetarios. En lo que resta de julio, vencen más de $6 billones, una cifra que mantiene en vilo a los operadores. Se espera que el Tesoro salga con licitaciones agresivas, pero el margen de maniobra es más estrecho: los inversores exigen tasas más atractivas y cobertura ante eventuales shocks cambiarios.
La agenda económica también estará cargada de indicadores: esta semana se conocerán datos de comercio exterior, actividad económica (EMAE) y salarios, que permitirán tomarle el pulso al segundo trimestre del año y a la evolución del poder adquisitivo. El mercado busca señales que confirmen si el freno inflacionario se sostiene o si se trata solo de una pausa transitoria.
En paralelo, un foco de tensión sindical podría alterar la normalidad en el transporte aéreo. Una asamblea gremial de trabajadores aeronáuticos convocada para este lunes en Aeroparque amenaza con complicar vuelos y generar demoras justo en la previa del recambio turístico por vacaciones de invierno. Aunque aún no hay medidas de fuerza confirmadas, la situación se monitorea de cerca.
Con todos estos ingredientes, la plaza financiera encara una semana clave en modo vigilancia total: hay poco margen para errores y mucho en juego en términos de credibilidad, coordinación y expectativas. El mercado no solo mira números: también decodifica señales. Y hoy, las señales son ambiguas.
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