Un lunes que quedará en la historia de Rosario Central y que será recordado por mucho tiempo, tanto por los hinchas canallas como por el propio Ángel Di María, que oficialmente fue presentado como jugador del club después de practicar junto a sus compañeros en el predio de Arroyo Seco. A la rueda de prensa en el Gigante de Arroyito le siguió otro momento sumamente emotivo: Fideo volvió a caminar por el césped del estadio acompañado por su esposa, Jorgelina Cardoso, y las dos hijas de la pareja, Mía y Pía.

El ex Benfica, Real Madrid y PSG, entre otros equipos, cruzó el túnel de ingreso al campo de juego con la camiseta auriazul en una de sus manos. Con una sonrisa de oreja a oreja, la misma que tenían Jorgelina, con quien se fundió en un abrazo interminable, y las nenas, fueron casi hasta el círculo central y posaron para los fotógrafos.

Fue otro instante de llanto y profunda emoción para Angelito, embargado por un sinfín de sentimientos durante las últimas horas, desde que aterrizó en Rosario el sábado pasado a la madrugada. Después, llegó la hora de ponerse la camiseta y cerró la sesión de fotos con su ya clásico gesto del corazón, ese que hace cada vez que mete un gol.