Un preso que actualmente está alojado en la unidad penitenciaria Nº 6 de Rosario, ubicada en avenida Francia al 4900, fue imputado por dos hechos graves ocurridos entre septiembre y noviembre del año pasado en Villa Gobernador Gálvez. Se trata de Diego Ariel Vallejos, quien fue acusado por extorsionar a los dueños de un comercio de esa ciudad, donde se arrojó una nota con dos balas pegadas, y también por haber instigado el homicidio de un joven que resultó fallido, ya que el ataque a tiros se consumó, pero los sicarios terminaron hiriendo de gravedad al chofer de Uber que había trasladado a la persona que pretendían asesinar. El juez Carlos Leiva le dio 90 días de prisión preventiva efectiva.
La acusación fue llevada adelante por el fiscal Lisandro Artacho en el Centro de Justicia Penal, quien atribuyó al recluso haber sido la persona que planificó la extorsión que sufrió un comerciante de Arteaga al 6400 de la vecina ciudad, que el 26 de septiembre del año pasado encontró en la puerta un papel en el que le decían que se comunicara con una línea telefónica. Dicha nota estaba acompañada por dos proyectiles calibre 9 milímetros intactos.
Según las cámaras relevadas de la zona se pudo constatar que quienes dejaron el mensaje fueron dos sospechosos que se desplazaban en una moto negra.
Casualmente, la línea telefónica que aparecía en ese papel es la misma que utilizó Vallejos el 30 de octubre para ordenar el crimen de un joven, que se intentó perpetrar al día siguiente, el 1º de noviembre. Dicha instrucción fue brindada a cuatro sospechosos, de los cuales dos –José David Fernández (19) y Matías L. (16)– ya fueron detenidos e imputados tanto por el Ministerio Público de la Acusación como por la Justicia de Menores, respectivamente.
Vallejos no solo se valió del celular para comunicarse con el exterior y poner en marcha el plan criminal. También lo hizo de manera presencial mediante Verónica Analía Carrizo (44), una mujer que lo había ido a visitar a la cárcel y que también está dentro de las personas imputadas en este caso.
“Mañana van a activar. No me van a dejar mal, que esto ya es otro nivel. Nada de tirar dos tiros y correr, o de tirar mientras corren. Así, no. Acá, se bajan, activan, se acercan y rematan. Si se cayó, se acercan y lo aseguran”, ordenó Vallejos a uno de los sicarios, según la conversación de Whatsapp que exhibió el fiscal frente al juez.
Uno de los presuntos partícipes en la balacera a su vez le mandó una foto del grupo armado que estaba listo para ir a cometer el homicidio. “Escuchá, una Taurus, una FMK3 y la dorada (Bersa Thunder Pro) por las dudas”, le escribió.
De acuerdo a los datos ventilados en la audiencia, por pedido del preso, un sospechoso que permanece prófugo se comunicó con la víctima –a quien conocía por haber compartido fiestas y partidos en el Gigante de Arroyito– y la citó el 1º de noviembre en la intersección de Montevideo y Bélgica de Villa Gobernador Gálvez con la excusa de mostrarle una camioneta que supuestamente tenía a la venta.
Luego de mostrarle los papeles del vehículo que falsamente querían venderle, el grupo que responde al recluso Vallejos abrió fuego con dos pistolas calibre 9 milímetros en dirección a la víctima, que estaba de espaldas a los agresores. Sin embargo, la mayoría de los disparos dieron en el conductor del Uber, que estaba al lado del joven, que se echó a correr para escapar del lugar.
Los sicarios también huyeron de la escena, pero minutos después cayeron en un operativo de la Policía de Acción Táctica, que aprehendió a José Fernández y Matías L. con las dos armas de fuego, un celular y un bidón con combustible, que se presume que iba a ser usado para incendiar el Chery Tiggo usado para la balacera, que tenía pedido de secuestro activo por robo. En tanto, otro de los ocupantes del vehículo logró fugarse.
Sobre el móvil de semejante ataque todavía no hay mucha claridad. No pasó desapercibido que el pasajero al que buscaban matar sea familiar de una persona que el año pasado fue acusada de estar detrás de las intimidaciones a la familia de Ángel Di María y de extorsiones al presidente de Newell's.