El presidente uruguayo Yamandú Orsi anunció este martes la muerte de José Mujica. El ex mandatario oriental (2010-2015), popularmente conocido como “el más pobre del mundo”, decía que era parte de una generación que se está yendo.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, informó Orsi.
Hace un tiempo, Mujica llamó de forma sorpresiva a una conferencia de prensa para anunciar él mismo que tenía cáncer de esófago. Después de eso vinieron 32 sesiones de radioterapia.
En enero de 2025, en una entrevista, informó que su cáncer había hecho metástasis y dejó un mensaje de despedida a la población: “Hasta acá llegué”, dijo. Y pidió que lo dejaran tranquilo, que no le solicitaran más entrevistas, que le dejaran atravesar la etapa final de su vida en su chacra, andando en tractor y recorriendo sus plantaciones.
A pesar de ello, Mujica siguió siendo parte de la vida política de Uruguay y en su chacra recibiría a presidentes, ex mandatarios, periodistas y artistas. Incluso, estuvo en la asunción del nuevo Parlamento y del nuevo presidente de Uruguay.
Mujica murió este lunes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. El domingo, día de las elecciones departamentales en Uruguay, no había podido ir a votar. “Está en una meseta, está a término”, dijo a Radio Sarandí su esposa, Lucía Topolansky. “Estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final. Eso es lo que le prometí”, agregó.
Una vida de novela
Descendiente de vascos por parte de padre y de piamonteses por vía materna, fue uno de los uruguayos en los que confluye sangre de emigrantes de España y de Italia: Demetrio Mujica y Lucy Cordano fueron los padres de “Pepe” Mujica Cordano.
En 1944 murió Demetrio: José tenía ocho años y su hermana Eudosia, apenas dos.
Lucy Cordano fue ayudada por vecinos japoneses que se dedicaban a las flores, y se dedicó a eso para mantener el hogar.
José cursó primaria en la Escuela Nº 150 del barrio Paso de la Arena y cuando llegó a presidente tuvo la sorpresa de un ex compañerito de clase de aquella época, Dilermando Do Reis Silveira, que conservaba un poema escrito por Mujica en tiempos escolares: “Seré todo o no seré/mas es mi lema luchar/para ingresar en las filas/de los que saben triunfar: y colmar la aspiración/de mi patria y mi mamá”.
José Mujica salió del barrio para sus estudios secundarios en el Instituto Francisco Bauzá, y el bachillerato lo hizo en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (IAVA), donde se inclinó por Derecho. Ahí comenzó a militar en la “Agrupación Reforma Universitaria” (ARU), de tendencia anarquista.
Mujica incursionaba en el ciclismo y pasó a representar al Club Ciclista Universal de Canelones, mientras también vendía flores en suburbios de Montevideo
Luego de un pasaje por la agrupación política de su madre, dentro del Partido Nacional, Mujica se integró a Unión Popular, un frente creado por el Partido Socialista, y fue en la lista a diputados, como primer suplente del octavo titular.
Luego se integró al maoísta Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) creado por escindidos de la Unión de la Juventud Comunista (UJC) y de ahí pasó al grupo guerrillero que hizo la primera operación de robo de armas en 1963.
En un intento de asalto a una empresa textil, Mujica fue detenido por primera vez mientras procuraba fugarse en una moto.
Para preservar lo que estaban gestando, los guerrilleros no quisieron revelar a la Policía el objetivo de esa acción y dijeron que habían robado para beneficio propio. “Yo caí como chorro común y estuve preso ocho meses en [la cárcel de] Miguelete por intento de rapiña”, contó Mujica.
En libertad, se integró formalmente al MLN-T con el nombre de guerra “Facundo”.

Luego participó en el intento de copamiento de toda una ciudad, lo que fracasó y terminó con varios muertos. Estuvo en un robo de armas y fue detenido, ahora sí, en calidad de guerrillero.
Una bala le perforó el páncreas; dado de alta, quedó recluido en la Cárcel de Punta Carretas. El 6 de setiembre de 1971, se fugó junto a más de 100 tupamaros por un túnel que salió a la casa de una vecina.
Un mes y medio después fue recapturado, pero el 12 de abril de 1972 volvió a fugarse a través de la enfermería de la Cárcel y cambió su apodo por el de “Ulpiano”.
Utilizando la red de cloacas, logró escapar de las Fuerzas Conjuntas y formó pareja con Lucía Topolansky, por poco tiempo porque ambos fueron capturados definitivamente.
Liberación
El 10 de marzo de 1985, a los 50 años, Mujica fue beneficiado por la Ley Nº 15.737 de amnistía para presos políticos y de beneficio especial a exguerrilleros.
Se fue a vivir a la casa de su madre y luego con Lucía, su compañera de ruta, los que fueron activos en la reconversión del MLN-T en sector político, que pidió ingreso al Frente Amplio.

En noviembre de 1994 fue elegido diputado por Montevideo por la lista 609 y comenzó a ganar espacio en la opinión pública hasta convertirse en un personaje protagónico.
En febrero de 2005 asumió como senador y por cuestiones de reglamento debió tomarse juramento constitucional con su compinche de los setenta, el ideólogo del MLN-T, Eleuterio Fernández Huidobro.
“La vida tiene estas zancadillas, y hemos pasado una vida y el juego es éste; ni el mayor novelista pudo haber pensado estas cosas. Compañero del alma de todas las horas: tómeme juramento”, le dijo Mujica a Eleuterio.
Dos semanas después fue ministro de Ganadería y en 2008 desafió al presidente Tabaré Vázquez que quería imponer a su ministro de Economía, Danilo Astori como sucesor, y dijo: “yo quiero ser presidente”.
La presidencia
Ganó las elecciones de 2009 ante Luis Lacalle Herrera y gobernó en un período de bonanza económica.
El 1º de marzo de 2010, su esposa Lucía Topolansy en carácter de primera senadora del país, le tomó juramento presidencial en una sesión parlamentaria histórica y muy emotiva. Aquella pareja que había escapado de policías y militares por una red de cloacas y que interrumpieron su relación por la cárcel (apenas se comunicaron una vez por una carta), estaban juntos ahí, Topolansky presidiendo el Senado y tomando juramento a “Pepe” como presidente de la República.
Luego vino su fama mundial y su trabajo en formar una nueva generación de dirigentes políticos, así como tender puentes con adversarios y sentirse parte del “club de los ex presidentes”, con el colorado Julio María Sanguinetti y el blanco nacionalista Luis Lacalle Herrera.
