Este jueves 26 de junio, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, se realizará una nueva marcha Ni un pibe menos por la droga. Organizaciones sociales que trabajan acompañando a personas que caen en el consumo problemático se movilizarán a partir de las 14.30 desde la plaza Montenegro de San Martín y San Luis hasta el Monumento a la Bandera. Un referente del sector es, sin duda, el Padre Fabián Belay, promotor de la asociación Padre Misericordioso y actual referente de la Pastoral de Drogadependencia del Arzobispado de Rosario, quien advirtió el aumento de niños y niñas que se inician en el consumo a temprana edad.
“Hace 10 años que hay chicos con 9 que se inician en el consumo, el tema ahora es que cada vez hay más”, sostuvo el sacerdote en diálogo con Radiópolis (Radio 2). “Tenemos estadísticas de personas en tratamiento con promedio de 30 años. El 90 por ciento de ese total empezó a consumir antes de los 17 años y de ese porcentaje, hay un 80% que empezó antes de los 16”, resaltó.

En ese sentido, agregó que “a nivel mundial crece el consumo un 20 por ciento, y en los últimos diez años se da incremento y una baja de la edad de inicio de consumo”.
A fin de trazar un escenario de consumo problemático de sustancias a nivel local, observó con respecto a las personas que buscan someterse a tratamientos para salir de la adicción: “En este momento del año todos los dispositivos de internación tienen lista de espera. Hay un pico de demanda”.
“Al tener 3 generaciones de consumo, son familias que viven así, muchos de estos chicos han nacido con síndrome de abstinencia, está naturalizado en el ambiente de crianza. Es probable que haya vivido situaciones de extrema vulnerabilidad, que vaya poco a la escuela. Entonces, que no se inicie en el consumo sería extraordinario”, expresó sobre las causas por las que se comienza a ingerir sustancias en la infancia.
Además, comentó que en estos hogares, los adultos se desentienden muchas veces de los chicos. Se dedican al menudeo, usando “el consumo como una medicación para poder acallar el sufrimiento y dolor existencial que tienen”.

Si el inicio del consumo es más temprano y crece la cantidad de chicos que entre los 9 y 10 años ya arrancan a drogarse, la situación empeora ante el retiro del Estado en la búsqueda de soluciones. El drama de la violencia asociada al narcomenudeo y el consumo –que este medio narró en el especial “Rosario desarmada”– no es nuevo y se agrava.
A esto refiere el documento de la Conferencia espiscopal Argentina emitido de cara al 26 de junio, bajo el título “Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”.
“Vemos con preocupación y dolor que la retirada del Estado de esos ámbitos abre paso al avance del narcotráfico, que ocupa ese lugar vacío y se convierte en una suerte de "Estado paralelo", donde los narcos ofrecen a los jóvenes una vida corta pero aparentemente mejor, y esto a cambio de su dignidad, su libertad y, muchas veces la vida”, se puede leer en el documento.
Al respecto, el religioso, manifestó: “Hay una realidad que es que están más debilitadas las redes comunitarias de acompañamiento que es la base para que se pueda tener un acompañamiento en toda la sociedad, sobre todo, en los sectores vulnerables, entonces al estar en riesgo el acompañamiento comunitario, clubes de barrio, merenderos, en centros barriales, instituciones que acompañan a la niñez y a la adolescencia, todas las propuestas territoriales de acompañamiento son las que se debilitan más”.
“El documento –agregó– apunta a que hoy la sociedad está acompañando como puede y a la gente le queda cada vez menos tiempo para el voluntariado”. Y analizó al respecto: “Todos nos tenemos que volver a involucrar y el Estado tiene que fortalecer estos espacios en un trabajo conjunto con las organizaciones sociales y el sector empresarial”.