La presencia en Rosario de más de mil personas del agro, entre ellos muchos jóvenes profesionales del agro, para participar del primer congreso de bioinsumos que organizó la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), y la inauguración en Ramallo de la primera planta de fabricación de insumos bio para el agro que levanta Agricultores Federados Argentinos (AFA), la principal cooperativa del agro, son señales inequívocas de que se trata de un mercado del agro que está tomando fuerza y cuyas expectativas de crecimiento son exponenciales.
“Lo que nosotros queremos es poner en la pantalla que los bioquímicos son una opción totalmente viable, que es una opción tan eficientes como los químicos. Que funcionan y que se complementan muy bien con los con los químicos. Y por eso se necesita presentar una gran cantidad de información a productores y asesores”, dijo Frederico Elorza, coordinador técnico de Casafe, al explicar las razones del encuentro. “Y viendo la presencia masiva de gente, se expone que claramente hay demanda de información y orientación en estas nuevas tecnologías”, agregó.
No solo me llamó la cantidad de asistentes (unos mil) al congreso de insumos biológicos que está haciendo @TwitCASAFE hoy en Rosario, sino que ví que los jóvenes profesionales son los más interesados. Claro indicio de que se viene un salto en el uso de #bioinsumos pic.twitter.com/2nzFUMNM4o
— Mariano Galíndez (@GalindezM3) June 12, 2025
Mercado interno, en expansión
Según los números que presentó en el congreso de Casafe el especialista Luis Mogni, de la consultora Somera, en 2024 el mercado de los bio insumos alcanzó los u$s124M, creciendo un 10.9% frente a 2023. Y vaya que es un negocio que tiene por crecer ya que equivale al 4% del mercado total de fitosanitarios.
En lo que hace a facturación, el de insumos bio para el tratamiento de semillas es el principal mercado del sector, con el 51% (siendo el inoculante de soja el principal producto), seguido por el de los bioestimulantes (26%) y el de los biofertilizantes (10%).
“Sobre la marcha del mercado, se puede decir que en 2024 los inoculantes mantuvieron la facturación total y aumentaron el área de uso, pero redujeron precio unitario, mientras que los otros inoculantes aumentaron la facturación en dólares, con suba de precio unitario pero manteniendo el área de uso”, explicó.
Para completar el mapeo del sector, Mogni contó que “los bioestimulantes subieron 8% en facturación y 18% en uso, mientras que los biofertilizantes subió 21% en área y aumentó 69% en facturación”. El especialista llamó a prestar atención a los bioinsecticidas. “Fue la categoría de mayor crecimiento en dólares, llegando al 109%, y con un crecimiento del área del 80%”.
“Ver mucha gente, y sobre todo mucha gente joven, nos permite pensar un futuro fuerte para los biológicos. Argentina tiene una larga tradición en este mercado, y a veces no nos damos cuenta, pero inoculantes de soja hace muchos años que hacemos y hoy es la categoría que lidera el mercado biológicos”, resalta.
Sobre el crecimiento muy marcado de los bioestimulantes, dijo que los productores aparecen muy interesados en controlar malezas y enfrentar resistencias con productos biológicos.
Para concretar ese crecimiento proyectado, los especialistas sostienen que deben avanzar en la difusión y capacitación de productores asesores. “Hay que explicar que no es biológicos o químicos, sino que es biológico y químico, que tiene que haber una combinación de ambos, que puedas trabajar alguna disminución desde lo químico y después trabajar algún proceso desde lo biológico”, recomendó.
En tiempos en los que la alta inflación ya no cubre malos cálculos por lo que es clave trabajar en la eficiencia y en la competitividad puertas adentro de las unidades productivas, los especialistas sostienen que las soluciones bio pueden empezar a tener un lugar más importante en la agenda de los productores por sus aportes.
En materia de rendimientos, el cosultor de Somersa mostró resultados que muestran que, en un contexto de uso de buena prácticas agrícolas, los rendimientos extra por uso de biológicos van del 3 al 7 por ciento.
“Las tasas de inflación que tuvimos del 200% anual te enmascaraba cualquier problema que podías tener. Hoy no con una macroeconomía mucho más estable, tener un aumento de rindes, y subir un 3 o 7 % te sirve un montón. Me parece que ahí es donde hay que trabajar”, explica Mogni.
“El crecimiento del mercado biológico tiene que venir por el lado de los bioherbicidas. Nuestro problema más contundente son las malezas y las malezas resistentes, que en cultivos como la soja son determinantes”, agregó.
“Es cierto que hay empresas importando nuevos productos o trayendo bacterias de afuera para formular en el país, que me parece clave porque argentina es muy particular y las soluciones de afuera no necesariamente hacen pie. Pero, en términos macroeconómicos, lo más importante es que se generen las condiciones para que el productor pueda invertir más en fertilizar, ya sea biológicos o químicos. Eso es lo importante, sobre todo en lo referente a agricultura regenerativa”, completó.
Inversiones locales
Esta semana, AFA inauguró su primera fábrica de bioisumos en la localidad de Ramallo. Se trató de una inversión de u$s6M que arrancará fabricando unas 200/250 mil dosis, pero con capacidad de llegar a las 600 mil. Y la producción será para la marca propia (Fidemax) como para terceros, al igual que en la planta de fitosanitarios químicos que tiene produce industrialmente también en esa localidad del norte bonaerense.
“El mercado tiene altos y bajos, pero vemos en esta última un crecimiento importante porque hay una sociedad cada vez más demandante de productos biológicos lo menos agresivo que es para el medioambiente”, señala José Luis Nardi, gerente de Agroinsumos de AFA.
“No va a reemplazar a los fitosanitarios, pero sí va a complementar y esa complementariedad que dan los biológicos es para bajar el impacto de los productos químicos”, sostiene el ejecutivo.
¿Y por qué es un mercado con altas y bajas? Para Nardi eso ocurre porque “en algún momento ingresan empresas que están acostumbradas a comercializar otros productos no biológicos. Pero esto es una línea distinta, la cual es una venta y lo digo muy particularmente, es una venta artesanal, es el seguimiento el convencimiento, el acompañamiento. Cuando el productor se da cuenta, observa y ve que con la poca inversión que debe hacer tiene muy buenos resultados, lo sigue utilizando. Pero si el vendedor solo se lo despacha como hace con una fitosanitario químico, de probada marca y rendimiento, el productor no alcanza a comprender las ventajas”
“Hay empresas que tienen a los bioinsumos como una pantalla solamente. Muchas se han subido al tema de la biotecnología como un eslogan, cuando se trata de un trabajo a largo plazo y de acompañamiento. Es un mercado al que hay que tomarlo en serio, y los que no lo tomen como pantalla, y como nosotros hagan foco, van a ver el potencial de crecimiento, sobre todo porque al productor le gusta la innovación”, resaltó.
“Y otro factor clave que permite visualizar un fuerte crecimiento es que los productores viven en el campo y son los principales interesados en trabajar con componentes amigables con el agro”, enfatizó.
La pregunta que asoma es si con la apertura de importaciones no es riesgoso levantar una nueva planta para producción nacional.
“Si hablamos de importación de productos terminados, la apertura del mercado genera un entorno muy competitivo. Y eso es bueno para nuestro socio, si bien hay que ser muy cuidadoso con las industrias nacionales. Pero nosotros podemos aprovechar nuestra cadena de comercialización, en algún momento hay productos locales competitivos y en otros momento te conviene importarlo directamente y no formularlo localmente. No obstante, así como es competitivo importar productos de alta concentración, si es de baja concentración conviene formularlo localmente”, completó el gerente de AFA.
Interés extranjero
Ignacio Moyano Córdoba, de Dunham Trimmer, fue otro de los expositores del congreso de Casafe. Durante el encuentro, presentó un informe sobre la evolución del Mercado Mundial de Bioinsumos, pero sobre todo aportó la visión de las empresas extranjeras, que ellos asesoran desde la base que su firma tiene en Brasil.
“Vengo viajando por todo Brasil, pero tengo la suerte de poder recorrer toda la región latinoamericana desde México para abajo. Y veo una tendencia de crecimiento en todos los mercados. Además, al principio eran algunos mercados más concentrados o más intensivos como el de hortaliza y el de frutales, pero hoy con mucha satisfacción vemos este crecimiento también en cultivos extensivos con maíz, trigo, caña de azúcar en Brasil, algodón, y con grandes proyecciones”, relata el especialista.
¿Y cómo se explica ese crecimiento y el potencial aumento? “Obviamente, hay un consumidor mucho más demandante. Te diría que desde la pandemia para acá el consumidor está buscando alimentos que tengan otro tipo de controles a la hora de hablar de insecticidas, a la hora de hablar de fungicidas. Y la novedad es que son las grandes cadenas de supermercados las principales interesadas. Parece mentira, pero no es el gobierno el que está exigiendo principalmente el uso de bioinsumos a los productores, sino la propia cadena de supermercados. Es el mercado, el sector privado, el que le está diciendo al gobierno que necesita poner en las góndolas un producto más sano, un producto terminado con otro tipo de productos más naturales porque están encontrando un mercado y además una necesidad”, cuenta Moyano Córdoba.
El especialista también abordó las razones que explican porqué en Brasil el desarrollo de los bioinsumos es mayor. “No se trata de una cuestión técnica. En los últimos años las empresas, por diferentes razones económicas, han decidido no invertir en Argentina en innovación y por eso no se dieron los mismos procesos que en Brasil. Es más, el mercado de fitosanitarios México, que es más chico que el de Argentina y, sin embargo, representa más el mercado de biológicos total de lo que representa hoy Argentina. En Colombia durante los últimos años también hubo más inversión en innovación que en Argentina”, comparó.
“No se trata de una cuestión técnica, ni de suelos. Principalmente es una cuestión de necesidad de inversores externos que apuesten por la innovación, que hoy -como lo estamos viendo desde nuestra empresa- están cambiando la visión sobre la Argentina. Estamos detectando que con el nuevo gobierno se notarán los cambios. Todavía no se reflejaron en inversiones concretas extranjeras, pero creemos que seguramente en los próximos años vamos a ver muchas empresas queriendo entrar en el mercado argentino, porque es el segundo mercado más grande de Latinoamérica”, destacó.
Según contó, "en Dunham Trimmer estámos teniendo consultas de empresas que quieren volver a vender a la Argentina y algunas que analizan poder instalarse en Argentina". Para el experto, la mayor presencia de productos y empresas extranjeras también contribuirá a aumentar la oferta generando que haya productos siempre disponibles para los agricultores. "En un principio, solo un puñado de empresas valientes incursionaron. Y ahora es tiempo que el sector madure", enfatizó.
Finalmente, para Moyano Córdoba uno de los productos con mayor demanda será el de los bioinsecticidas, pero también destaca que los bio-fungicidas también está entre los primeros en la línea de largada.