En la previa de este fin de semana, dos operativos de la Justicia Federal en Rosario culminaron el secuestro de casi 1400 pastillas de éxtasis, entre otras drogas sintéticas de uso habitual en fiestas de música electrónica. Como adelantó este medio, los procedimientos estuvieron a cargo de personal de Policía Federal, por un lado, y de Prefectura por otro, y obedecen a dos investigaciones distintas. La nota de color, más allá de la importante incautación de valor millonario, la dio el hallazgo de una prensa utilizada para producir las famosas “rolas” de Mdma en un departamento de Güemes al 2000. Se trata de una máquina conocida por investigadores de otras partes del mundo, sobre todo de los Países Bajos, la meca de la producción de este tipo de drogas.

La novedad abrió el interrogante de si, efectivamente, en Rosario se producen pastillas, como indicaría la presencia de la “máquina entabletadora”, según la bautizó la Policía de España. Por citar el caso en cuestión: en Murcia, hace dos años, investigadores incautaron este artefacto en el marco de una redada a un laboratorio clandestino. Aseguraron que era capaz de producir 10 mil comprimidos por hora. La propia Administración para el Control de Drogas (DEA) estadounidense, por su parte, posee en su página oficial una galería de fotos de este tipo de aparatos secuestrados en procedimientos a la largo de ese país. Según reseñan, en la mayoría de los casos se utilizaron para producir comprimidos de fentanilo.

Una prensa de comprimidos de metanfetamina incautada en el Bronx. Foto: DEA.

En el domicilio del centro de la ciudad, señalado oficialmente como “un laboratorio de producción de pastillas de éxtasis", el personal de Prefectura incautó nada menos que 827 pastillas de éxtasis, frascos de ketamina y popper (un euforizante). Y una importante cantidad de químicos en polvo que podrían ser excipientes, precursores y, posiblemente, drogas psicoactivas como cristales de Mdma o el cóctel tusi, la mal llamada “cocaína rosa”.

Parte de lo secuestrado en el departamento.

También allanaron un domicilio de Tucumán al 4200, donde Prefectura se topó con potes de colorantes apto para consumo y más excipientes como celulosa microcristalina, almidón y estearato de magnesio que se utilizan para hacer la sustancia más manejable y en forma de comprimido. Una microprocesadora con restos de polvo rosa y 28 píldoras de éxtasis con el logo de la Pantera Rosa, de circulación reciente en el circuito de la noche electrónica, según el foro Argenpills, donde usuarios relatan sus experiencias de consumo con la intención de reducir daños.

Según advirtió un investigador, en el laboratorio doméstico no se halló una cantidad significativa de la sustancia que es el principio activo de la pastilla psicoactiva. El Mdma en estado puro, la droga empatógena que llega al país disimulada en encomiendas o por medio de mulas que atraviesan controles aduaneros. En junio pasado Nación anunció el secuestro de 14 kilos escondidos en una valija interceptada en el aeropuerto de Ezeiza. El valor fue estimado en más de 650 mil dólares. Una mujer mexicana resultó detenida.

El cargamento de Mdma secuestrado en Ezeiza.

Por este expediente que tramita en el Juzgado Federal Nº 4 e instruye la Procunar se registraron detenciones: Federico D., quien cayó el departamento de Güemes al 2000. Y una pareja que cayó en el barrio Abasto con más drogas sintéticas para la venta. También hubo un allanamiento en Santa Fe al 3100, con el secuestro de sustancias que serían precursores químicos, elementos de corte y alrededor de 8 millones de pesos.

¿Será la producción masiva de pastillas de éxtasis un fenómeno todavía reservado a laboratorios clandestinos de Europa? Aún resta develar la verdadera actividad de los lugares allanados en Güemes al 2000 y Tucumán al 4200. En Rosario existe un antecedente del secuestro de una prensa pastillera: la Policía Federal incautó una de estas máquinas en 2014, pero en el marco de una causa por falsificación de medicamentos. 

“Se está investigando, tal vez producían algo. Estamos peritando los precursores químicos”, se excusó un investigador federal sobre si existen pastillas made in Rosario.

Otro investigador se mostró incrédulo con la idea de producción nacional y arriesgó una hipótesis: “Las pastillas llegan de afuera; pero no hay que descartar viveza criolla: que estiren la mercadería rompiendo las «rolas» importadas para armar dos comprimidos”. La prensa incautada tenía restos de polvo rosa, lo que sugiere que estaba en operaciones y no era un mero souvenir.