“Si no se sufre no es Central”, repetimos los hinchas como un mantra después de cada partido en que el canaya logra un resultado que a veces le cuesta alcanzar y otras, mantener hasta el silbato final. Este 2023, desde Arroyito salió el nuevo campeón de la Copa de la Liga, tras un año que arrancó plagado de incertidumbre y terminó coronado de éxitos.

¿Si podría ser distinto? Es probable que sí, pero ya es parte del ADN del club de Arroyito —y quizás también de otros clubes del interior del país que cargan sobre sus espaldas, muchos años de malas administraciones y planteles diezmados antes de que empiecen a hacer pie— este vértigo más propio de un juego de Disney con taquicardia y sudor frío incluido, que de un torneo del fútbol local.

En 2018, Central ganó la Copa Argentina que se le había negado los dos años anteriores y empezó a romperse la sequía que en este 2023 terminó con la conquista del Torneo de Primera División, luego de 36 larguísimos años, llenos de sueños fallidos.

Y aunque nada le fue sencillo —empezó el año calculadora en mano, contando puntos para evitar abismarse hacia el descenso y le tocó compartir el mismo lado de la llave con equipos fuertes— consiguió cumplir todos sus objetivos. Al menos, los prioritarios, de la mano de Miguel Ángel Russo que lo llevó adelante de forma impecable y efectiva.

Terminó invicto como local, clasificó para la Copa Libertadores, ganó el clásico (“un torneo aparte”), mantuvo el plantel, el Gigante de Arroyito está en plena remodelación y hasta se ilusiona con el regreso del campeón mundial Ángel Di María y de su goleador histórico, Marco Ruben, en los próximos meses.

Emocionado y con lágrimas en sus ojos, Damián Martínez, agradeció, luego de levantar la copa con el equipo, a los miles de hinchas que a pesar de la situación económica actual, hicieron el esfuerzo de trasladarse hasta Santiago del Estero, para decir presente en la final.

Entre esos hinchas fieles que no aflojan nunca, ni con 40º ni con -10º de térmica, estaban los familiares de Ivana Garcilazo, la joven asesinada por hinchas rivales, a la salida del último clásico rosarino. Cómo olvidarla. Para ella es también esta Copa que premia, que corta la racha, que impulsa y que desborda felicidad.

Central Campeón. Qué bien hace decirlo. Qué lindo es escucharlo