Alberto Perassi contó los días desde que su hija Paula desapareció. Desde ese domingo 18 de septiembre de 2011 no dejó nunca de buscarla junto a su esposa y mamá de Paula, Alicia Ostri. Este jueves cabía la esperanza de que tuvieran alguna respuesta a la pregunta que multiplicaron en afiches elevados sin cansancio: ¿Qué pasó con vos hija?

Ante el fallo que dejó libres a los 9 imputados por su muerte y desaparición, Alicia se desvaneció. Se cayó de la impotencia y el dolor de no poder, una vez más, decirle a sus nietos Lucas y Agustín, los hijos de Paula, qué fue de su mamá. Alberto se mantuvo estoico, los ojos verdes más brillantes que nunca. Y habló a todos los que quisieron escucharlo: “¿Dónde está la Justicia que se nos tiene que dar por Paula?”, dijo rodeado de micrófonos y brazos que afectuosos se le tendía a la vez. “¿Qué derechos tengo yo ante la Justicia”? cuestionó.

Y continuó arrojando preguntas: “¿Qué pasa, y ahora qué? Paula sigue desaparecida en democracia y todos sueltos?”, apuntó. También se interrogó acerca de la responsabilidad de que las pruebas sean inconducentes, tal cual planteó el tribunal: “¿Quién se va a hacer cargo, el (juez) Filocco, el (juez) Tutau?”, mencionó a los investigadores que pasaron por la causa.

“Otra vez más queda reflejado que tenemos una banda capaz de hacer desaparecer una persona en democracia sin dejar rastros”, remarcó y apuntó por ello “al poder político, al poder judicial y policial de San Lorenzo”. “Las tres patas juntas hicieron oficial esto”, terminó.