Un grupo de estudiantes argentinos, del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), logró un histórico primer puesto en la competencia internacional CanSat 2025, organizada por la American Astronautical Society (AAS) con el respaldo de la NASA, Lockheed Martin y Siemens, entre otras entidades líderes del sector aeroespacial.
La final se llevó a cabo entre el 6 y el 8 de junio en Virginia, Estados Unidos, y reunió a los 40 mejores equipos universitarios del mundo. Allí, el grupo argentino presentó un satélite del tamaño de una lata de gaseosa que fue construido y programado por ellos, con el que lograron completar exitosamente una misión de vuelo simulada, incluyendo descenso controlado, transmisión de datos en tiempo real y registro audiovisual desde el aire.

Durante la primera etapa técnica de la competencia, el equipo del ITBA obtuvo un puntaje de 99%, lo que lo posicionó entre los cinco mejores del mundo y le aseguró su lugar en la gran final, a donde llegó como único representante argentino y sudamericano.
Felicitaciones al equipo ���� del @ITBA por consagrarse campeón mundial en la #CanSatCompetition2025, organizada por @NASA y @astrosociety.
— Embajada de EEUU en Argentina (@EmbajadaEEUUarg) June 9, 2025
Seleccionados entre 67 equipos de 19 países, fueron el único representante argentino en la final en Virginia (5–8 de junio).
Diseñaron y… pic.twitter.com/wgMxCorfyf
El equipo está conformado por Ezequiel Bolzicco, Daniela Maradei, Thomas Marthi y Agustin Pilotto en Estructura y Materiales; Agustin Haarth, Santiago Agosti, Emanuel Albornoz y Rafael Dalzotto en Hardware; Micaela Perillo en Software; Santiago Bolzicco en Operaciones, y Eduardo Barbier como Advisor.
Puntajes finales de los cinco mejores equipos:
- Argentina: 97,98281%
- Turquía: 96,95351%
- Taiwán: 96,90420%
- Turquía: 95,89421%
- Canadá: 95,87725%
La competencia CanSat es una de las más exigentes del ámbito universitario: desafía a los estudiantes a diseñar, construir y lanzar un satélite miniaturizado que simula las funciones de uno real. Los proyectos deben superar pruebas rigurosas de ingeniería, programación y ciencia aplicada.