En un avance significativo hacia la colonización de otros mundos, astronautas chinos lograron producir oxígeno y combustible en el espacio. La tripulación de la nave Shenzhou-19, a bordo de la estación espacial Tiangong, realizó exitosamente experimentos de fotosíntesis artificial, convirtiendo dióxido de carbono y agua en oxígeno y etileno.

El etileno es un hidrocarburo esencial que podría utilizarse como combustible para futuras misiones interplanetarias. Los científicos emplearon catalizadores semiconductores para simular la fotosíntesis natural de las plantas, pero de manera más eficiente y adaptada al entorno espacial, según publicó el medio español La Vanguardia.

Citando a la Dirección del Programa Espacial Tripulado de China, el medio indicó que los astronautas llevaron a cabo una serie de 12 experimentos en un dispositivo con forma de cajón en el que se utilizaron catalizadores semiconductores para convertir el dióxido de carbono y el agua en oxígeno, produciendo etileno, un hidrocarburo que puede utilizarse para crear combustible para naves espaciales.

Este logro tiene implicaciones de gran alcance para la exploración espacial. La capacidad de generar recursos vitales en el espacio reduce la dependencia de suministros terrestres, haciendo más viables misiones prolongadas, como la creación de bases lunares o viajes a Marte. China planea utilizar esta tecnología en sus próximas misiones tripuladas a la Luna, previstas para antes de 2030.