Marcando un hito científico y tecnológico, Este proyecto llevado a cabo por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) realizó con éxito una prueba del sistema moto propulsor (conjunto motor y hélice), del AVIEM 100 Epower, que pronto se convertirá en el primer avión eléctrico del país en levantar vuelo.

Por su parte, el Centro Tecnológico Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la UNLP (CTA-UNLP), trabaja en el fuselaje de la primera aeronave 100% eléctrica de fabricación nacional. El avión fue desarrollado en forma conjunta por profesionales de la Unidad Académica y Aviem Aeronáutica SRL, una empresa de General Rodríguez.

“Pusimos en marcha el motor y la semana próxima iniciaremos las pruebas de distintos parámetros. Instalamos la hélice y la pusimos en condiciones para que trabaje adecuadamente con el motor en cuanto al régimen de revoluciones. Hicimos una evaluación de la temperatura e instalamos un sistema de refrigeración”, explicó Marcos Actis, director del Centro Tecnológico Espacial y decano de la Facultad de Ingeniería.

El primer avión eléctrico argentino desarrollado por la UNLP

Desde el inicio, la Facultad de Ingeniería tuvo un rol protagónico en este proyecto, ya que se encargó de colocar las baterías de litio para la propulsión eléctrica. El AV100 Epower estará volando este año, una vez culminados los testeos de rigor y superados los compromisos burocráticos en materia de permisos en el marco de las habilitaciones que realiza la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

Por otro lado, la aeronave estará habilitada en categoría experimental, con un certificado de aeronavegabilidad para investigación y desarrollo. El peso de la misma es de 750 kg, con una carga útil de 180 kg, y podrá transportar hasta dos personas con una autonomía de vuelo de una hora.

Cabe destacar que el proyecto fue seleccionado para recibir financiamiento en el marco del Programa Potenciar Economía del Conocimiento, impulsado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, durante el gobierno anterior. El resto del financiamiento, está a cargo del CTA-UNLP, que destina fondos propios para llevar adelante este proyecto, y la empresa Aviem, que entregó el avión y toda la estructura de armado.

El proyecto surgió a partir de los desarrollos iniciados por la UNLP sobre la propulsión de vehículos con energías renovables con baterías de litio, y de la necesidad de incursionar en la aplicación de estas tecnologías en el área aeronáutica en base a las experiencias adquiridas por la facultad de Ingeniería sobre vehículos terrestres con la misma tecnología, u otras tecnologías aplicables a productos producidos por AVIEM.