Los datos económicos del día: el que apostó en abril al peso ganó… ¿pero hasta cuándo?

El blue retrocede, los plazos fijos rinden más que la inflación y Caputo promete un bono tentador para seducir dólares del colchón. El Banco Mundial mandó una mala señal para los granos y los commodities en general

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En la penúltima jornada de abril, la Argentina financiera ofreció una postal tan paradójica como inquietante: el dólar blue bajó a $1.200, los dólares financieros también retrocedieron, y los plazos fijos en pesos ofrecieron una tasa positiva frente a la inflación. Sí, quien apostó al peso ganó... al menos por ahora.

Pero esa aparente calma esconde turbulencias. El Banco Central perdió US$ 181 millones en un solo día, producto de compensaciones bancarias y ajustes comerciales de fin de mes. Aunque la pax cambiaria se mantiene —el dólar oficial cerró en $1.192,84—, el margen de maniobra es cada vez más fino.

Mientras tanto, el ministro Luis Caputo anunció que en las próximas dos semanas lanzará un paquete de medidas para fomentar el uso de los dólares que duermen en cajas de seguridad y colchones argentinos. Entre las propuestas figura la emisión de un bono en dólares con buena renta, para tentar a quienes hoy prefieren mantener sus ahorros en modo pasivo. La idea es movilizar parte de esos recursos dormidos y aliviar la presión sobre reservas.

Pero las amenazas se acumulan. En los próximos dos meses, el gobierno deberá enfrentar vencimientos en pesos por $30 billones, una cifra que genera ansiedad en los mercados y mantiene el apetito inversor en mínimos. La Bolsa de Buenos Aires ya es la peor del mundo en 2025, y sus acciones volvieron a caer este martes un 0,9%. La desconfianza persiste, y ni siquiera la leve suba de los ADR argentinos en Nueva York (hasta 2,5%) logró revertir el clima general.

En commodities, el precio del petróleo volvió a caer, lo cual golpea tanto las expectativas fiscales como los planes energéticos del país. Y la cosa no termina ahí: el Banco Mundial proyectó para 2025 y 2026 una baja generalizada de los precios agrícolas, que volverían a niveles incluso inferiores a los de la prepandemia.

De confirmarse, sería el piso más bajo de la última década, con fuerte impacto para economías regionales y exportaciones. En el mercado de Chicago y en Rosario, el maíz fue el único grano que zafó del rojo.

En el plano internacional, la jugada geopolítica de Donald Trump —que pateó el tablero con su amenaza de nuevos aranceles— parece haber surtido efecto: los mercados ya le descuentan una vuelta y, en consecuencia, vuelven a confiar en los bonos de la Reserva Federal, desplazando la mirada desde emergentes hacia activos más seguros.

Todo este cóctel plantea un desafío monumental para la economía argentina. El dólar bajo es apenas un espejismo si los títulos siguen sin levantar, los commodities no acompañan y los vencimientos se acumulan sin demanda genuina.

La pregunta ya no es si Caputo podrá seducir a los dólares dormidos. La pregunta es: ¿alcanza con eso para evitar otra tormenta?

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