La Asociación de Supermercados Unidos (ASU) confirmó que continúan las negociaciones con las empresas alimenticias en el marco de la discusión por el rechazo a las listas de precios que, durante la última semana, llegaron con “aumentos desmedidos” tras la devaluación del 12% que se produjo a partir de la flexibilización del cepo cambiario.
El director ejecutivo de la entidad, Juan Vasco Martínez, aseguró este sábado que hubo una sobrerreacción de los proveedores ante la implementación del nuevo esquema cambiario. A su vez, afirmó que se encuentran en “contacto permanente” con la Secretaría de Comercio.
“Hubo un sobregiro, una sobrerreacción de los proveedores porque hay una tendencia a convertir la producción en un commodities”, sostuvo Vasco Martínez. Y agregó: “Hay que caminar un poco el nuevo modelo de régimen cambiario. Ha habido una tendencia a una dolarización en pesos respecto a los precios”.
Luego del rechazo a convalidar alzas de hasta un 12% en productos de primera necesidad, el director ejecutivo de ASU comentó: “Estamos trabajando en el día a día y esperando la ronda de conversaciones entre las cadenas y los proveedores”.
Esta situación se registra, además, en un contexto de caída de las ventas. Según un relevamiento de la consultora Scentia, el consumo en los supermercados y autoservicios cayó 5,4% interanual en marzo, acumulando así un descenso de 8,6% en el primer trimestre de 2025.
Supermercadistas denunciaron aumentos “desmedidos”
“Nuestro firme propósito es no aceptar listas de nuestros proveedores que contengan aumentos desmedidos y/o especulativos. Reiteramos que nuestro objetivo es hacer llegar al público productos de la máxima calidad y al mejor precio. Nuestros mayores esfuerzos están orientados a obtener ese objetivo”, informaron desde la ASU mediante un comunicado. Al mismo tiempo, desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam) llamó a los proveedores “evitar distorsiones y especulaciones”. “Hacemos un llamado a la responsabilidad de todos los proveedores del mercado para evitar distorsiones y especulaciones que sólo generan incertidumbre y afectan el normal funcionamiento del comercio. El verdadero problema de la economía no es el dólar sino los impuestos (especialmente los distorsivos como son los IIBB y tasas municipales) y los ‘costos ocultos’ que se trasladan a precios”, plantearon.