El titular de la Agencia Nacional Portuaria, Iñaki Arreseygor, anticipó ayer en Rosario, que en los próximos días el gobierno cambiará por decreto la normativa que reglamente el tráfico de cabotaje permitiéndole a embarcaciones de bandera extranjera hacer cargas y descargas en distintos puertos nacionales.

El funcionario hizo el anuncio ayer en el marco de la reunión del bloque federal portuario que organizó el Ente Administrador de Puerto Rosario (Enapro) del que participaron autoridades portuarias de provincias con frente fluvial. La comitiva deliberó en la Fluvial, recorrió Terminal Puerto Rosario (TPR) y luego pasó por la Bolsa de Comercio de Rosario.

Arreseygor, quien esquivó el contacto con la prensa, dijo en la reunión que su participación del encuentro era para escuchar y tomar nota de las propuestas de los puertos públicos federales de cara a la nueva licitación de la hidrovía.

Pero también trajo un mensaje claro: el gobierno nacional viene a desregular la actividad y no a hacer obras. De esa forma, no le dio aire a los reclamos de algunos puertos por financiamiento nacional al dragado a pie de muelle o accesos y dijo que se tratan de tareas que deberán financiar los propios muelles. 

La secretaria de Transporte de la Provincia, Mónica Alvarado, el ministro de Desarrollo de Santa Fe, Gustavo Puccini, y el titular de la Administración Nacional de Puertos, Iñaki Arreseygor

También rechazó el pedido de aumentar el dragado desde Timbúes al norte, como viene reclamando Santa Fe, ya que estimó que no es necesario porque el tránsito río arriba el gran Rosario es estrictamente barcacero y no amerita el gasto de tener una vía navegable apta para grandes barcos.

En ese marco, Arreseygor anticipó que en breve el gobierno sacará un decreto de necesidad y urgencia que cambia la ley de cabotaje quitándole el monopolio a los barcos de bandera racional para cargar y descargar en distintos muelles nacionales.

La idea, anticipó el funcionario, es establecer nuevas condiciones para que una barcaza extranjera pueda, por ejemplo, venir desde Paraguay y parar a cargar soja en Chaco y traerla a Rosario para desembarcarla allí con miras a industrializarse o subirse a un barco de mayor porte con destino de exportación. 

La desregulación es resistida por sectores industriales y del transporte vinculado a la marina mercante nacional porque sostienen que las embarcaciones paraguayas tienen menores costos impositivos y laborales. No en vano, los empresarios argentinos del sector se instalaron en Paraguay montando allí sus transportistas.

Igual, el tráfico de cabotaje actual (con bandera argentina) es exiguo, por lo que, también están los que estiman, las barcazas paraguayas no vendrán a reemplazar a las argentinas, sino que, por el contrario, ocuparán un espacio vacío que es el transporte de cabotaje beneficiando a los puertos porque sumarían frecuencias.  

El gobierno de la provincia de Santa Fe venía reclamando por la desregulación del cabotaje porque estima que le permitiría más actividad en los puertos de Rosario y Santa Fe, mejorando su competitividad y reduciendo los costos logísticos de las economías regionales. Pero no pedía cambios por decreto, sino una nueva Ley de Cabotaje nacional. “Es clave trabajar en la apertura del sector para que puedan operar embarcaciones nacionales y extranjeras bajo ciertas condiciones, maximizando el tráfico comercial proveniente de Brasil, Paraguay y Bolivia”, señaló el ministro Puccini antes del encuentro con Arreseygor.

Tras tomar nota a todos los planteos y propuestas de las autoridades portuarias provinciales, Arreseygor prometió tenerlos en cuenta y anticipó que los nuevos pliegos de la licitación contemplarán cambios con respectos a los términos y condiciones del primer texto legal.

Finalmente, para los asistentes, igual, quedó la duda de si la presencia de Arreseygor tomando nota de los planteos fue un simple acting o una formalidad o si realmente tomará en cuenta la agendas de los puertos públicos del interior.