En la publicación más reciente de su blog, el teórico e investigador de la comunicación Carlos Scolari afirma que "todo lo que escribimos hoy sobre la IA (inteligencia artificial) podrá ser utilizado en nuestra contra dentro de unos meses" o incluso antes. Desde el lanzamiento de ChatGPT y la alteración que esto desencadenó en el sector tecnológico, son muchos los debates que se han instalado sobre el impacto de estos sistemas en el ámbito laboral, en el campo de la difusión de información y en otros planos, porque la inteligencia artificial parece haber atravesado todo lo que quedó a su alcance.

La realidad actual responde al hecho de que la IA es una tecnología de propósito general (o GPT, por General Purpose Technologies; que no es lo mismo que Generative Pretrained Transformer, lo que le da nombre a la herramienta de OpenAI). Es decir, sistemas que integran en mayor o menor medida la IA para su funcionamiento pueden generar cambios significativos en las estructuras económicas y sociales, por lo que son muchos los que equiparan los avances actuales con las invenciones más destacadas de las distintas revoluciones industriales que atravesó la humanidad, poniéndolos por encima incluso de Internet.

Pero una de las características de este proceso de avance en el campo de la IA es, entre otras, la incertidumbre. De allí se desprende la tesis de Scolari, porque más allá de las predicciones que puedan hacerse, a grandes rasgos lo único concreto es que el potencial creativo (o destructivo) de estas herramientas sigue siendo una incógnita por resolver.

Algo que grafica de alguna manera esta idea se encuentra en las decisiones que tomaron las grandes tecnológicas a raíz del cimbronazo generado por ChatGPT. Meta (exFacebook) está trabajando en el desarrollo de un modelo similar al de OpenAI, pensado para la generación de textos para campañas de anuncios en sus distintas plataformas, y desde Google también confirmaron la implementación de inteligencia artificial en, por lo menos, 25 de sus productos.

ChatGPT, de OpenAI, superó los 100 millones de usuarios mensuales activos a poco de su lanzamiento.

En el caso de Meta, compañía que fue rebautizada en octubre de 2021 para dejar asentado su interés por crear un metaverso que sería el epicentro de sus productos digitales, ya venían trabajando con un departamento interno dedicado a la IA desde 2013, desde donde surgieron sistemas como SAM (Segment Anything Model), capaz de reconocer entidades y significados dentro de una imagen o un video. Pero con ChatGPT surgió la necesidad de ir más allá, y es por esto que Mark Zuckerberg, director ejecutivo de la empresa, adelantó que la IA generativa "va a tocar cada uno" de sus productos.

En WhatsApp, por ejemplo, la incorporación de esta tecnología ofrecerá innovaciones importantes para el negocio de atención al cliente. "Una vez que se active la capacidad de que decenas de millones de agentes de IA actúen en nombre de una empresa o servicio, estas podrán escalar sus servicios de atención al cliente enormemente", dijo Zuckerberg.

Google, por su parte, contaba con todos los recursos para avanzar y ser el primero en lanzar un chatbot que estuviera al nivel de ChatGPT, pero la compañía puso límites en este aspecto por considerar que, en un escenario potencialmente negativo, desplegar un sistema de este tipo para su uso libre implicaría un "riesgo de reputación" para la firma, motivo por el cual desde la empresa declararon de debían avanzar "de manera más conservadora que una pequeña startup".

Sin embargo, con la carrera por un lugar en el podio de la industria de la IA en pleno desarrollo, Google parece estar cambiando de rumbo. Al ver amenazada su hegemonía en el campo de las búsquedas en Internet, puesto que ChatGPT ofrece resultados en lenguaje natural con información ya procesada y resumida, la compañía está acelerando su trabajo para poder mejorar en ese aspecto y ofrecer, por ejemplo, resultados enriquecidos de manera más atractiva y funcional.

Google anunció que está trabajando para logar que la IA sea "útil para todos".

Desde redacción automática de correos electrónicos en Gmail, hasta respuestas generadas por IA en el tope de los resultados de búsqueda, Google puso el foco sobre el potencial de la inteligencia artificial en su más reciente conferencia anual para desarrolladores, en donde dejaron en claro que todos sus servicios contarán con algún tipo de asistencia de este tipo, con Bard, su propio chatbot lanzado en marzo, posicionado como principal competidor frente a otras aplicaciones también basadas en un modelo grande de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés).

Lo concreto es que en el sector tecnológico la inteligencia artificial se robó toda la atención de los ejecutivos, y entendiendo que esta tecnología ha demostrado apenas una fracción de su potencial, son muchos los interrogantes y desafíos que quedan por delante. Martín Cabrera, ingeniero industrial que desde hace más de 15 años viene trabajando con empresas multinacionales y también en sus propios proyectos vinculados con tecnología, considera que “estamos viviendo una revolución que mucha gente no entiende”.

El rosarino de 47 años trabajó en compañías como Red Bull y Meta en áreas de marketing y ventas, cofundó una “marca de joyería con un enfoque 100% online” y montó una academia de marketing digital que llegó a tener 4.000 alumnos de distintos países. Para su más reciente proyecto, se asoció con un amigo para crear una plataforma de educación en la que ofrecerán capacitaciones en inteligencia artificial aplicada para mostrar “usos concretos a los que cualquier persona puede acceder”.

Desde su experiencia, Cabrera consideró que ChatGPT desató una ola de innovaciones con la que surgió un marco en el que “los desafíos son enormes”. “Estamos viviendo una revolución que mucha gente no entiende, o que en algunos casos ni siquiera sabe que está ocurriendo”, dijo en diálogo con Rosario3, como primera conclusión a la que llegó gracias a las clases que brinda de manera online.

“Ya vi tres clases durante los últimos dos meses en las que me di cuenta de que la gente no sabe que existe ChatGPT, mientras que algunos de los que saben que existe apenas lo utilizan. Pero el 99% de las personas ni siquiera conoce todas las otras herramientas que hay dando vueltas. ChatGPT es la punta del icerberg”, señaló.

También sostiene que estos desarrollos tendrán un impacto “muy grande en cómo funciona la sociedad en su conjunto, desde la parte social, económica, política y en el mundo del trabajo”, y que los cambios ya se están dando.

Automatización en la industria laboral

“Hay un debate en la sociedad y en el mundo científico sobre qué es lo que va a prevalecer, es decir, si se van a crear más puestos de trabajo de los que se van a destruir o no, y en ese sentido hay distintas miradas”, apuntó. Aunque gracias a la IA generativa puedan surgir nuevos puestos laborales como los de Prompt Engineering, también habrá “millones” de trabajos que desaparecerán con el avance de la automatización, situación que se da periódicamente cuando llegan innovaciones de este tipo.

“Algunas estimaciones hablan de 500 millones de puestos de trabajo destruidos, y hay ejemplos súper concretos que van directo a la eliminación o al reemplazo”. En ese sentido, Cabrera señaló que el CEO de OpenAI se refirió a esta cuestión durante una entrevista y habló de los puestos de atención al cliente, en donde la reducción de plantillas podría llegar a ser “dramática”.

Por mencionar un relevamiento que se ha hecho al respecto, un reporte de Goldman Sachs señala que, sobre una base de 900 ocupaciones analizadas, aproximadamente dos tercios de ellas están expuestas a cierto grado de automatización por parte de la IA.

Siguiendo con el caso de puestos en áreas de atención al cliente, Cabrera indicó que el reemplazo no será total: “Mi visión es que va a tener una primera capa bastante grande y profunda de atención automatizada, y por encima de eso habrá un sistema híbrido donde ciertos tipos de consultas o quejas pasarán a un operador humano”. Eso, sostuvo, ocurrirá “este año” porque “ya está la tecnología para estos sistemas, que además son accesibles y fáciles de implementar”.

La mayoría de los empleos en atención al cliente serán automatizados.

El desafío en el plano laboral es uno de los más relevantes, y por esto el ingeniero consideró “que estamos en las puertas de un período de transición muy grande”. Y uno de los puntos que más incertidumbre genera es el de la dificultad para hacer pronósticos.

“Se está dando un efecto inverso al que se preveía. Durante mucho tiempo, desde la futurología se planteaba que los primeros puestos de trabajo que se iban a eliminar serían aquellos con tareas repetitivas (los de los llamados blue-collar worker’s). Pero lo que se está demostrando hoy es que se están pudiendo reemplazar mejor los puestos que requieren de mayor capacidad intelectual”, dice Cabrera.

Su apreciación coincide con los resultados de un estudio que llevaron a cabo desde la propia OpenAI, según el cual los trabajos que requieren de competencias en habilidades duras (matemáticos, escritores, contadores) tienen más probabilidades de verse afectados por la automatización frente a aquellos que no demandan credenciales educativas formales (como cocineros, pintores o carpinteros).

Hay estudios que se han hecho comparando las respuestas de ChatGPT con las de equipos de abogados. Para esto se recurrió a lo que se llama Fine-tuning, que básicamente consiste en agregarle al conocimiento general de ChatGPT otro conocimiento específico de una determinada empresa o industria", describió Cabrera, señalando además que no solo se trató de mejores respuestas, sino que las mismas se obvutieron en menos tiempo.

Se trata de "herramientas que aumentan la productividad de cualquier persona o empresa", algo que supone una amenaza creciente para muchos puestos de trabajo, aunque no se pueda afirmar con precisión cuáles serán los más afectados.

Cuáles son los riesgos de desarrollar aplicaciones con IA


"Como cualquier tecnología, estas herramientas conllevan riesgos reales", afirmaron desde OpenAI en un documento publicado en su web, en donde manifestaron su compromiso para "garantizar que la seguridad esté integrada" en todos los niveles de su sistema.

Sin embargo, algo que también reconocen desde la compañía es que "hay límites" para lo que pueden llegar a aprender internamente. Los verdaderos desafíos aparecen cuando los productos con IA se despliegan para que usuarios de todo el mundo puedan ponerlos a prueba.

Para entender qué tipo de problemas pueden generar estos sitemas, sirve tomar como ejemplo lo que ocurrió en Francia, en donde la Comisión Nacional de Informática y de las Libertades (CNIL) impuso en abril una multa por 5.200.000 euros a la empresa ClearView AI por no haber cumplido con una orden dictada en octubre de 2022.

El organismo francés, creado con el objetivo de garantizar que la ley de privacidad de datos se aplique a la recopilación, el almacenamiento y el uso de información personal, apuntó contra esta compañía que recopila fotografías de una amplia gama de sitios web, incluidas las redes sociales, y vende acceso a su base de datos de imágenes de personas a través de un motor de búsqueda en el que se puede buscar a un individuo utilizando una fotografía.

Ya el año pasado, la CNIL había impuesto una multa de 20 millones de euros y ordenado a la empresa no recopilar y procesar datos sobre personas ubicadas en Francia sin ninguna base legal. También le habían solicitado eliminar los datos de estas personas.

Una IA capaz de generar imágenes hiperrealistas borra los límites que permiten identificar, por ejemplo, informaciones falsas.

Ese es solo uno de los conflictos que se desprenden de los sistemas con IA, pero el debate sobre los riesgos va más allá. "A medida que estos sistemas se desarrollan, será cada vez más difícil identificar una noticia falsa". Ya no solo se crean textos, sino imágenes y videos "hiperrealistas" que pueden transmitir mensajes falsos que, mediante las redes sociales, se distribuyen y viralizan en pocos minutos.

"Ahí entramos en un terreno oscuro, en algo peor que la posverdad, porque prácticamente no vamos a poder confiar en nada" en lo que se refiere a contenidos e información. Además, también se aumentarán las posibilidades de concretar ciberestafas, como el phishing o engaños telefónicos a través de sistemas de clonación de voz, de una forma mucho más sofisticada. En poco tiempo se va a perder la posibilidad de discernir entre lo que es real y lo que no", advirtió el ingeniero.

Ejemplos concretos de cómo puede usarse la IA

Más allá de ChatGPT existen "un montón de tipos de inteligencia artificial". Hay, por ejemplo, sistemas aplicados en maquinaria agrícola que utilizan cámaras para registrar imágenes de los cultivos, identificar malezas y dosificar los fertilizantes aplicados sobre la tierra.

Opus Pro es otro ejemplo de aplicación de la inteligencia artificial. La herramienta es capaz de generar hasta 10 videos en formato vertical (que actualmente predominan en Instagram y TikTok) a partir de recortes de un video de más de 15 minutos publicado en YouTube, entregando como resultado fragmentos con subtítulos. Una tarea que llevaría horas de edición, hecha en minutos por un solo sistema.

Lo que hizo a ChatGPT mucho más popular que otras aplicaciones fue "su interfaz conversacional" y la simplicidad en su modo de uso. Una simplicidad que, como explica Cabrera, va sumando nuevas opciones rápidamente.

Los "plugins" de ChatGPT ofrecen una gran cantidad de posibilidades y usos para la herramienta.

La integración de los llamados "plugins" dentro del chat le permiten conectarse con otros servicios: "Existen herramientas para que una familia le indique a ChatGPT cómo es la composición del grupo familiar y le pida un plan alimenticio con determinadas características, que incluya sugerencias de la cantidad de calorías recomendadas para cada uno de los integrantes del hogar, con recetas y cálculos de cuántos ingredientes se necesitan para toda la semana. Y también se encarga de hacer el pedido de supermercado de manera online", sostuvo Cabrera.

Todas estas novedades se potencian no solo con el uso, que sigue entrenando al modelo de ChatGPT, sino también gracias a la colaboración y los aportes de programadores de todo el mundo que le buscan múltiples usos a la herramienta, algo que queda registrado para las comunidades de plataformas como GitHub y Reddit.

Queda claro que esta tecnología abrió muchas posibilidades que aún siguen siendo exploradas. Sus efectos son transversales, y resulta necesario identificar maneras no solo de aprovecharla, sino además de convivir con los desafíos que plantea y que continuarán surgiendo.

"Creo que lo que va a terminar pasando es que la inteligencia artificial se va a volver «invisible» en el sentido de que ya no se va a hablar tanto de ella, porque va a estar incorporada como algo obvio. Una analogía sería decir que una empresa no usa internet como si fuera algo relevante, algo que en algún momento pudo haber tenido sentido, pero hoy ya no", concluyó Cabrera al reflexionar sobre el tema, y remarcó que la IA es un "potenciador de los talentos de las personas".

Con el tiempo, se sabrá si efectivamente si es más un potenciador que una amenaza.