El escudo de la provincia de Santa Fe, el símbolo que agrupa a quienes habitan esta tierra, tiene dos flechas hacia abajo que reivindican el sometimiento de los pueblos originarios a las fuerzas (blancas) del Estado. En la Fiesta de las Colectividades, las personas migrantes pueden cocinar y bailar pero no conducir el encuentro cultural más masivo de la región ni coordinar una mesa para hablar de sus derechos. Estos son apenas dos ejemplos que plantean Daniel Naporichi, dirigente indígena, y Lina Luz Quispe Cruz, periodista nacida en Perú y ciudadana de Rosario, para hablar de huecos en la integración real de algunas minorías en la sociedad.
Una falla que se deriva, entienden ellos, de la falta de representación política propia en los cuerpos legislativos y en los espacios de poder. Y eso es lo, desde distintos espacios y con diferentes recorridos, buscarán cambiar en las elecciones de este año. ¿Por qué, con qué herramientas y para qué?
Cinco objetivos originarios
Daniel Naporichi es referente de la comunidad qom de Rouillón y responsable de la organización Fuerza Ancestral Indígena (FAI). Será candidato a convencional constituyente en las elecciones del 13 de abril. El 7 de febrero es el cierre de listas pero el dirigente indigena adelantó a Rosario3 que habrá una nómina de unidad que irá por fuera de los partidos tradicionales.
“Hicimos una alianza con Confluencia Originaria. Dejamos las diferencias a un lado para buscar una lista con candidatos originarios en las elecciones convencionales y también en las legislativas”, afirmó Naporichi.
Para el miembro del Comité Organizativo y Cultural de los Pueblos Originarios de Rosario, el “paso histórico” de esa movida es buscar una banca para participar de la reforma de la Constitución provincial, después de 60 años.
“Son 50 candidatos a convencionales más 19 departamentales, y los suplentes. Todos serán integrantes de pueblos originarios. Estamos unidos en un bien común que es dar la pelea en esas elecciones, con distintos pensamientos pero un mismo objetivo”, señaló sobre la convivencia entre distintas comunidades y naciones.
Confluencia Originaria llevará al debate constituyente cinco puntos. “En primer lugar, reconocer la preexistencia de los pueblos originarios de Santa Fe. Cosa que en la Constitución provincial no está", dijo Naporichi. Ese principio sí existe en la nacional reformada en 1994, en el artículo 75 inciso 17: "Tomaríamos ese texto como modelo pero con la idea de engrosar derechos en varios niveles como en salud, educación y en particular por la tierra".
Vamos a pedir que se reconozca la preexistencia de los pueblos originarios de Santa Fe y la figura de la "propiedad comunitaria"
Ese último eje es clave, planteó el dirigente qom. Buscarán crear de forma explícita la figura de la "propiedad comunitaria" que no existe en la provincia y que es distinta de la "propiedad privada". Es una figura que comprende el uso común para vivir y producir en grupo (en lugar de lotear y dividir predios para fines inmobiliarios, por ejemplo).
Segundo: garantizar la educación bilingüe e integrar de manera formal a los maestros originarios que enseñan en dos idiomas. "No están reconocidos como docentes en Santa Fe por ley sino por una resolución ministerial. No tienen los mismos derechos, no pueden prosperar en el escalafón, entre otras cosas", afirmó.
En materia de salud, proponen la incorporación de la categoría de asistente sanitario indígena. Sería personal de las comunidades, que conocen el territorio, la cultura y el idioma. Trabajadores que puedan realizar desde cuidados básicos a oficiar de traductores o intérpretes con médicos que no forman parte del barrio o pueblo.
Cuarto tópico: “Símbolos patrios”. “Vamos a pedir cambiar la dirección de las flechas del escudo de Santa Fe que representan el sometimiento y esclavitud de los pueblos indígeneas, o sea la victoria del conquistador en territorio santafesino, mientras que colocar las dos flechas hacia arriba simbolizaría a los pueblos indígenes en igualdad de derechos y garantías como cualquier ciudadano de Santa Fe”, explicó.
Justicia es el quinto punto: impulsarán la creación de un jurado integrado solamente por comunidades indígenas, con paridad de género de las naciones de Santa Fe. Funcionaría para casos puntuales. Por ejemplo: denuncias de violencia de género en comunidades.
Políticas para migrantes
Lina Luz Quispe Cruz tiene 35 años y llegó a Rosario desde Perú hace 15. Estudió teatro y creó un programa periodístico que se llama “Uniendo Fronteras” desde donde organiza encuentros y acciones con distintas colectividades. Desde la radio, televisión o streaming, Lina difunde actividades y grupos artísticos; también le da espacio a los proyectos, reclamos y reivindicaciones.
Este año, tras sufrir la falta de apoyos institucionales y de la propia Municipalidad en iniciativas propias, decidió involucrarse en política para romper esa dependencia con intermediarios. La convocaron para integrar una lista de concejales desde el espacio Igualdad, que lidera Rubén Giustiniani, quien a su vez es el autor de la ley nacional de Migraciones sancionada hace más de 20 años.
Observé casos de discriminación en Rosario y lo padecí en carne propia
Son muchas las demandas de las colectividades. Desde dificultades en el acceso a la documentación a discriminaciones de distinto tipo (que pueden ocurrir en la calle, en ámbitos laborales o en restricciones para acceder a bares y boliches para los más jóvenes). “Eso lo observé y lo padecí en carne propia”, denunció Lina Luz en diálogo con Rosario3.
Si bien la Municipalidad activa programas de capacitación y de apoyo, como el "Impulso Migrante" para mujeres emprendedoras, la comunicadora planteó que falta mucho y que no hay políticas integrales que se sostengan el tiempo. Propuso armar redes y tender puentes. “Hay acciones que son desconocidas como el grupo que cuida a las mujeres que sufren violencia de género dentro de nuestra colectividad. Se llama Warmis, que en quechua significa mujeres”, mencionó un caso y sumó ejemplos.
“Hay muchas necesidades en distintas colectividades que en el fondo son las mismas y que se pueden unificar. Hay emprendedores que hacen un gran trabajo pero desconocen que existen otros grupos que los pueden apoyar y se sienten solos”, siguió sobre el desafío laboral de extranjeros que suelen enfrentar más trabas burocráticas que las habituales.
La productora y conductora también propone implementar un acceso a coberturas de salud para extranjeros que aún no están regularizados y carecen de monotributo. Ofrecer un mínimo respaldo para emergencias, por ejemplo, a cambio de una cuota baja. Una idea que se vuelve urgente cuando las políticas nacionales ponen en riesgo la atención en los hospitales públicos por los discursos xenófobos de la derecha gobernante.
“Poder tener una cobertura médica que te dé tranquilidad y evitar discriminaciones en hospitales públicos. Porque a veces a un migrante recién llegado se le complica ir a un centro de salud y que lo atiendan”, explicó la joven nacida en un pueblo de Pacaipampa, en la provincia de Ayabaca, frontera con Ecuador.
Los datos no avalan un supuesto abuso generalizado de los sistema de salud o educación. Tampoco validan la relación directa de extranjero con delito, como ensayó el presidente Javier Milei (a tono con su par Donald Trump). Esa población encarcelada no llega al 5% en Argentina. Esa campaña negativa implica un riesgo: pasar del prejuicio o del discurso a cometer delitos del odio, como explicó Gimena Pérez Caraballo, doctora en Psicología Intercultural, en un taller de la OIM y la dirección local de Relaciones Internacionales.
Integrar es más que comidas y bailes
El paso que Lina Luz, como parte y vocera de grupos migrantes en Rosario, buscará dar este 2025 se motorizó por frustraciones de años anteriores. En 2024, propuso sin éxito aprovechar la Fiesta de las Colectividades para armar mesas que generen conciencia de la temática.
Poder desmontar en ese espacio los discursos que fomentan “la bronca y la desunión”. “Se nos pone como chivos expiatorios de los problemas de salud o de educación, sobre todo a quienes venimos de países de la región, cuando eso no es así”, dijo.
Se nos pone como chivos expiatorios de los problemas de salud o de educación, sobre todo a quienes venimos de países de la región
“La idea era que en Colectividades haya algo más que comida y bailes, y se pueda debatir de los problemas actuales de las colectividades latinas, no tanto de las europeas que son las que más atención reciben”, planteó la conductora de Uniendo Fronteras (FM Wox).
Y agregó: “Pedimos que haya un stand aparte donde se pueda hablar y concientizar a las personas sobre la migración. La migración no es negativa, al contrario tiene mucho de positivo (no solo a nivel cultural, las personas también movilizan la economía, consumen y pagan impuestos). Y al final, todos somos migrantes”.
Pero el encuentro gastronómico cultural del Parque a la Bandera, el más importante de la región, no se aprovechó con esos fines. Lina Luz incluso planteó algo más: "¿Por qué no hay conductores migrantes en el escenario principal de la fiesta? Hay descendientes pero no es lo mismo".
Contra la política tradicional
Naporichi y Luz Quispe coinciden en un punto: los grupos minoritarios están cansados de reclamar por leyes u ordenanzas que después no se sancionan. Buscan con su estrategia dejar de pedir y pasar a ser actores en el debate de poder. “No hay representantes en los cuerpos legislativos que se consideren integrantes de pueblos originarios. Por eso creemos que no podemos ser furgón de cola de ningún partido tradicionalista. Vamos a jugar de igual a igual y solos”, planteó el dirigente de 37 años, nacido en Saénz Peña, Chaco, y ciudadano de Rosario desde que su familia migró cuando era muy chico, en la década de 1990.
“Es momento que los pueblos originarios digamos presente en las elecciones”, dijo y consideró que no es un planteo testimonial. Creen (junto a Rosana Esquivel de Confluencia y otros dirigentes como Oscar Talero de Los Pumitas) que puede meter al menos un constituyente.
No podemos ser furgón de cola de ningún partido tradicionalista. Vamos a jugar de igual a igual y solos
Según estadísticas de las comunidades, hay 250 mil indígenas en Santa Fe. De ellos, 150 mil están en edad de votar. “Tenemos que buscarlos y hacer un trabajo de hormiga. Pero no solo con ellos. En Confluencia hay muchas personas que no son originarias y también vamos a trabajar por ese apoyo no indígena”, señaló.
Necesitan unos 70 mil votos para meter un representante (el umbral fue fijado en el 2,5% del padrón electoral). Solo con el apoyo de la mitad de los indígenas en condiciones de votar podrían lograrlo. Por eso, apostaron a la unidad en este 2025.
Confluencia Originaria ya participó en otras elecciones. En 2023 fueron dentro del armado peronista (Juntos Avancemos). Pero este año se sumaron más organizaciones en busca de una unidad. Existen al menos 46 comunidades (de distintas naciones), que votaron en la asamblea del Instituto Provincial de Aborígenes Santafesinos (Ipas) para elegir a consejeros. Son los grupos inscriptos en el Registro Especial de Comunidades Aborígenes (Reca).
Sobre eso existe otra distinción que Naporichi destacó: “Santa Fe reconoce solo a tres naciones de forma oficial: qom (toba), moqoit (mocoví) y wichí. Y nosotros pedimos que se reconozca a los hermanos chaná, charrúa, mapuche y kolla que habitan hace muchos años en Santa Fe. Somos pueblos preexistentes, no estaban estas fronteras antes”,.
“Todos juntos –contiunó–, con una lista unificada, le podemos dar pelea a las fuerzas políticas tradicionales que no tienen idea de derecho constitucional indígena”.
El dirigente, posible cabeza de lista, recordó que Rufino Vázquez y Antonio Gómez fueron artífices del artículo 75 de la Constitución Nacional. Pero fueron “convencionales de pasillo” y ahora el desafío es ser “convencionales de recinto”, es decir sentarse en una banca. “Lo importante es pelearla. Con plan A o plan B (hacer lobby desde afuera) pero vamos a intervenir en la reforma”, definió.
Escuchar y ser parte
Lina Luz está feliz y agradecida de las charlas con Bruno Carlovich (hijo del Trinche), quien encabezará la lista de Igualdad para el Concejo. Pero, al igual que Naporichi, apunta a la falta de compromiso de los políticos tradicionales con sus agendas: “Falta escucha. En la provincia de Santa Fe y en Rosario no hay nada de nada de políticas para el migrante. Se han hecho encuentros y se han acercado funcionarios a hablar con las comunidades pero después de las reuniones no pasa nada, todo queda en la foto. Toda la vida ha sido así”.
Uno de los temas que evalúan en la previa a los comicios son los inconvenientes para que las personas migrantes se empadronen. “En general, cuando tenés el documento automáticamente figurás en el padrón pero con la comunidad extranjera no, tenés que hacer un trámite aparte burocrático”, afirmó.
En los listados oficiales existen 15.800 extranjeros habilitados para votar en Rosario pero la cantidad de residentes es mayor. Según datos municipales de cuando Rosario recibió su certificación como MigraCiudad, el 3% de la población total está compuesta por migrantes. Son 28.439 personas que vinieron desde, principalmente, Paraguay (5.677), Brasil (3.939) y Perú (3.290).
Además, solo están habilitados para sufragar en cargos locales y no nacionales. “Hay muchos migrantes que viven acá y son ciudadanos hace años, más de 10 o 20, y deberían poder votar no solo para concejales o intendente, también para presidente. Hacen su vida en Argentina y qué mejor que darles la posibilidad de votar para integrarlos y que sean parte del país”, analizó.
“No vamos a cambiar el mundo por tener un concejal pero sí podemos lograr un respaldo más para actividades y acciones del sector”, dijo y consideró el acceso a la salud como algo prioritario a implementar en lo inmediato además de pensar en bolsas de trabajo específicas. “Pero lo importante es escuchar a los colectivos migrantes y entre todos ver qué es lo más urgente”, aclaró de cara a la campaña que se inicia.