Otra vez con la apatía electoral que se reflejó en las urnas, el gélido domingo de elecciones en Rosario mostró tres mundos diversos hacia el interior de los principales espacios políticos que se disputaban las bancas del Concejo Municipal: la fiesta estuvo en el Distrito 7, que ungió a Juan Monteverde como rockstar por una noche, pero, a su modo, el oficialismo de Unidos celebró la que denominaron como una “tremenda remontada” de Carolina Labayru –fue tercera– en Rosario, y La Libertad Avanza también abrazó el segundo puesto de Juan Pedro Aleart, aunque en el búnker libertario se percibió un festejo más opaco. Todos ganaron algo, según sus propias lecturas y análisis de los resultados, aunque los gestos y la vibra en cada centro de cómputos desnudaron el verdadero sentir, eso que no se dice, pero se palpa.
A las seis de la tarde, cuando en las escuelas sonaban los timbres que indicaban el cierre de las mesas para ir a votar, sobre el escenario del Distrito 7, el bar cultural de Lagos y Córdoba donde Más para Santa Fe –reúne a Ciudad Futura y distintos sectores del peronismo santafesino– celebró en las Paso, ya había cuatro bombos que esperaban ser tocados bien fuertes. Una imagen premonitoria de lo que pasaría un rato después.

Bien temprano, la pareja Monteverde-Caren Tepp, con su hijo Luca en brazos, cruzó la puerta y se instaló en una sala del primer piso para seguir el avance de los resultados. En el peronismo rosarino había confianza. Y la rápida carga de la información del escrutinio provisorio respaldaba esa sensación: el actual concejal, que estuvo cerca de vencer a Javkin en las últimas elecciones a intendente, se posiciona primero y le saca una luz de ventaja a Aleart, una tendencia que después se consolida.
A la misma hora, el Bioceres Arena, lugar elegido por Unidos a muy pocas cuadras del D7, luce semivacío. Con pantallas que cubren todo el perímetro y un gran escenario con otra pantalla de fondo, quedó algo grande para la convocatoria. Hay sentimientos encontrados, porque Labayru quedó tercera más allá de haber repuntado.

La mejor noticia para Unidos no está en Rosario y eso se interpretó con la aparición del gobernador Pullaro junto a la vice Gisela Scaglia. Fueron los primeros en salir a hablar públicamente, apoyados por la leyenda “tremendo triunfo provincial” en la pantalla del escenario. El jefe de la Casa Gris mostró un mapa de la bota pintada con distintos colores, según qué fuerza ganó en los comicios. “Adivinen quién es el rojo”, arenga a los presentes.
“Ganamos pueblos, pueblos y pueblos”, siguió en modo animador, como pocas veces se lo vio, y leyó en su teléfono que le avisaron que también se quedaron con la victoria en Labordeboy, Piñero y Zavalla. La alegría de Pullaro, que consolida con Unidos su poder territorial en la provincia, encontró complicidad entre la militancia presente y los principales referentes del frente allí presentes, como los socialistas Joaquín Blanco, Enrique Estévez y Lionella Cattalini, el ahora concejal electo Pablo Gavira, el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, y numerosos funcionarios del Ejecutivo santafesino.
Después sí se focalizó en Rosario y afirmó que hubo una “tremenda y terrible remontada” de Labayru: “Nadie lo esperaba, es un triple empate”. Fue llamando uno a uno a diferentes dirigentes, entre ellos Javkin, con el que se fundió en un largo abrazo. “Que se preparen, que el frente Unidos está más fuerte que nunca”, advirtió el intendente.

A 700 metros, el Distrito 7 ya está a reventar y no cabe un alfiler. El triunfo que se palpaba en las urnas ahora es una realidad. Entre porrones, latas de cerveza y pizzas, los abrazos se convierten en uno solo que concentra la felicidad de una noche que no van a olvidar fácilmente. Moverse de un punto a otro es casi imposible y demanda mucha paciencia.
Tepp subió al escenario para dar la mejor noticia: le ganaron a la candidata del intendente y el gobernador, también al del presidente Milei. Abajo, la militancia estalla de alegría y despliega todo el arsenal de cantitos: piden “un minuto de silencio” para Javkin, apuntan a Sebastián Chale, el secretario de Gobierno municipal, gritan que “el que no salta es libertario y radical”, y cierran con la marcha peronista.

En el balcón del primer piso, el diputado nacional Germán Martínez, de indisimulable cara de feliz cumpleaños, plantea que la elección de Monteverde “consolida un liderazgo en la ciudad” y les pide, tanto a Pullaro como a Milei, que “deben tomar nota de lo que pasa en Rosario”. Le sube un par de tonos a su voz para que se escuche encima de los temas que suenan de Los Redondos, La Renga y Callejeros.
En el centro, a unas 25 cuadras de distancia, el candidato electo de La Libertad Avanza, el exconductor de televisión Juan Pedro Aleart, también celebra, aunque no le alcanzó para ser primero. "Ha sido una elección enorme, histórica. Es nuestra primera elección con un espacio que se formó en cinco meses", dijo. Sin embargo, entre la militancia hay cierta desazón porque había sido el nombre más votado en las Paso.
Dos minutos antes de las ocho y media, la noche llega a su punto máximo de euforia cuando Monteverde baja desde los camarines al escenario, de camisa blanca y saco y pantalón azules. “Ustedes son la mejor militancia del mundo”, aseguró mirando a la gente, emocionado y con lágrimas en los ojos.

"Los entiendo. Es producto de desilusiones y promesas incumplidas. Tenemos dos años para convencerlos", dijo sobre la bajísima participación de la ciudadanía en las urnas. También le habló al intendente Javkin y le pidió "retomar el diálogo político". Y al peronismo que eligió jugar por su cuenta –los candidatos Roberto Sukerman y Lisandro Cavatorta– en estas elecciones: "Con ellos, estaríamos ganando por diez puntos, son todos bienvenidos".
Tres definiciones de Monteverde, que se cansó de repetir que tiene como horizonte el 2027 para ser, después de un par de intentos y uno en particular en el que estuvo a poco de conseguirlo, intendente de la ciudad. Lo acompañaron referentes sindicales como Martín Lucero, de Sadop, el presidente del Partido Justicialista de Santa Fe, Guillermo Cornaglia, el diputado nacional Eduardo Tonioli, Agustín Rossi, Alejandra Rodenas, el dirigente del Movimiento Evita Gerardo Rico, y Lucila Deponti, entre otros.

La noche va a ser larga en la cuadra de Lagos al 700, que pasada las diez está cortada por el festejo de los militantes a puro bombo, bandera y bengalas verdes, quizás también como un camino para calentar los cuerpos y disimular el frío. El ganador no para de dar notas a los distintos medios que cubren el festejo, los recibe uno por uno en los camarines del D7. A unos metros, Caren Tepp responde miles de mensajes en su teléfono celular, levanta la mirada e identifica a un cronista del canal porteño C5N con el que habló más temprano: “Te dije lo que iba a pasar”.