Lucas Emanuel “Doc” Bejarano, un hombre ligado al narcotráfico y radicado en Funes, fue allanado este jueves a solicitud de la Justicia Federal en una causa por narcolavado. Para los fiscales, el acusado amasó una fortuna imposible de justificar con ingresos lícitos. También fue detenida su pareja y un allegado. Doc Bejarano había aparecido en la crónica roja en junio de 2023, cuando sicarios lo confundieron y acribillaron al barbero Alejo Rodríguez, quien iba en una camioneta en la Ruta 9.

Personal de la División Delitos Económicos de la Policía de Investigaciones (PDI) allanó en las últimas horas nueve propiedades vinculadas con Bejarano e incautó numerosa documentación y dispositivos de almacenamiento. A la par, el Ministerio Público Fiscal trabó 28 medidas cautelares sobre bienes e inmuebles de él y su entorno.

Hay que remontarse a 2020. En octubre de ese año Bejarano fue condenado a seis años de prisión por liderar, junto con su socio Arnaldo “Junior” Vivas, una organización de rápido ascenso en el violento submundo narco local y regional.

Ese expediente federal se había conocido con allanamientos de la División Antidrogas de la Policía Federal en junio de 2017, en un operativo llamado Corona Millonaria. La investigación siguió una organización que regenteaba puestos de venta en Villa Banana, Avellaneda Oeste, Villa La Boca, Santa Lucía, el Fonavi Latinoamérica de Ovidio Lagos y Rueda y en Granadero Baigorria y Funes.

La PFA se incautó de dos kilos y medio de cocaína de máxima pureza; alrededor de un millón de pesos en efectivo; cinco camionetas de alta gama, entre ellas una Dodge RAM blanca; cinco autos, seis motos, un cuatriciclo; tres armas cortas y un silenciador para pistola 9 milímetros.

Tres años después de esa resolución del Tribunal Federal, el nombre de Doc Bejarano volvió al radar de los investigadores y a resonar en la prensa, por un ajuste de cuentas con la víctima equivocada: el crimen del barbero Alejo Rodríguez, un amigo de Bejarano que el 26 de junio recibió dentro de una camioneta 4x4 una descarga de 30 balazos frente a la garita 15 de Funes.

El fiscal de Homicidios Adrián Spelta no tardó en inferir que en realidad los matadores buscaban a Bejarano, el conductor habitual de la Toyota Hilux roja donde murió Alejo.

Ocurre que Doc se las había ingeniado para recuperar la libertad (en forma condicional) ese mismo año y se instaló en Funes. Y un mes antes lo habían baleado en la zona norte de Rosario, donde escapó de la muerte por la mala puntería de los gatilleros y la labor de los médicos del Hospital Eva Perón.

Lo cierto es que esas contingencias callejeras dejaron expuesto a Bejarano: la Justicia Federal le revocó la libertad y volvió a la cárcel de Ezeiza.

Con la pena prácticamente cumplida, había recuperado la libertad condicional el pasado 5 de noviembre. El TOF 1 dijo que Bejarano “cuenta con un pronóstico de reinserción social favorable” .

Sin embargo, según pudo saber este medio, el fiscal federal Javier Arzubi Calvo y la fiscal coadyuvante Soledad García venían investigando a Bejarano desde hace más de un año por delitos económicos. En rigor, narcolavado.

La pesquisa busca “comprobar cómo Bejarano y su socio Gabriel Torres canalizaron ganancias de la venta de droga y aseguraron el provecho a través de su legitimación en el sistema financiero formal con compra de bienes muebles e inmuebles, los cuales pusieron a nombre de testaferros por relaciones de amistad y/o parentesco”.

El material incautado por PDI.

En el caso de Bejarano, la fiscalía, la Dirección Especializada de la Procuración (Datip) con el área de contadores que se encuentra en Rosario y la División Delitos Económicos de la PDI detectaron 25 maniobras de lavado de activos, aseguraron.

El narco fue allanado junto con su pareja, Micaela F., y un presunto cómplice llamado Gabriel T. y será imputado este viernes ante un juez de Garantías.