Rosario Central, que debutará en Superliga el lunes venidero a las 21 ante Atlético en Tucumán, sumó hasta ahora cinco refuerzos: Ciro Rius (Defensa y Justicia), Diego Zabala (Unión), Emanuel Brítez (Unión), Sebastián Ribas (Lanús) y Diego Novaretti (Querétaro).

Pero el entrenador Diego Cocca quiere dos más. Y la dirigencia canalla trabaja para cumplirle esos gustos: un delantero y un volante ofensivo. 

El atacante, se sabe, es Lucas Gamba, negociación que ya lleva varias semanas y no viene sencilla. Es que Huracán, dueño del pase, sólo se desprenderá del futbolista a través de una venta, incluso de la mitad de la ficha. Y tiene altas pretensiones económicas: 3 millones de dólares.

Gamba es la obsesión de Diego Cocca.


En la gestión apareció una posibilidad de "achicar" el número que pondría Central: Huracán le debe a Olimpia de Paraguay 600 mil dólares por Saúl Salcedo, y el propio Olimpia debe pagarle una cifra similar al Canalla por el pase de José Leguizamón. La triangulación permitiría que las deudas del Globo y los paraguayos se extingan y que Central no ponga esa cifra sobre la mesa.

Los de Arroyito ofrecieron, además de esos 600 mil, otro medio millón de dólares por el 50% del pase de Gamba, lo que da un total de 1,1 millones. Pero los quemeros se mantienen firmes en 1,5 millones. Y ahí está empantanada la conversación.

Colazo viene de ser campeón con Tigre en primera.


En cuanto al volante, los nombres ofrecidos son dos: Nicolás Colazo (pase de Boca, de último paso por Tigre campeón de la Copa Superliga) y Tomás Pochettino, mediocampista de Talleres de Córdoba. A Cocca le interesan los dos, pero sólo hay lugar para uno más.