El Kily siempre fue así. Nunca midió demasiado lo que dice: lo piensa y lo expresa, caiga quien caiga. Pero ahora cumple un rol que necesita de cierta mesura, calma, unos minutos de catarsis antes de declarar. No fue el caso tras la derrota con Vélez, donde fue expulsado y menos todavía luego de perder 3 a 0 con Boca Unidos por la Copa Argentina.

“Fue un partido nefasto donde se hizo todo mal. Lo único que tengo que decir es que le pido disculpas al hincha de Central por no estar a la altura de lo que representa nuestra historia. La verdad es que estoy totalmente decepcionado. El responsable soy yo”.

Con “el responsable soy yo” intenta absorber el impacto, pero ya dijo que fue un “partido nefasto”. Y esas son declaraciones que el conductor de un grupo, sobre todo en formación, debe cuidar.

“Que te hagan un gol a los 30 segundos me duele muchísimo. Me duele en el alma. Todas las cosas que puedo decir en caliente prefiero guardármelas, estoy muy caliente con esto. A la gente que me quiere y que no me quiere, le pido disculpas. Hay que seguir y pensar en la temporada que viene, por eso me voy a reunir con los dirigentes mañana mismo”, vocifera el Kily muy permeable a los resultados que, como corresponde y en todos los tiempos, marcan las campañas y las propuestas. Pero a los proyectos hay que estar preparado para sostenerlos a como dé lugar para no saltar a la primera de cambio a la altura del hincha más enardecido del primer escalón de la popular. De esa manera, todo se desvirtúa.

“Para mí es un proyecto basado en los juveniles. Sabemos que la gente en general no prioriza esta situación y lo único que quiere es ganar y es normal. Hemos hecho cosas muy buenas y lamentablemente este cierre de semestre deja muchas incógnitas, mucha rabia en los hinchas. No les caigamos a los juveniles porque esto es a lo que se apunta como proyecto en el club. Ahora hay que buscar la mejor manera de afrontar lo que viene”, expresó el conductor tras el partido en San Nicolás cuando bien podría haber compensado un poco la desazón general con un raconto de los beneficios de utilizar juveniles.

La promoción de algunos chicos es importante, aunque quizás no era el momento de hablar de ello tras la derrota frente a Boca Unidos. Pero de ahí a la locura... Hay un trecho.

“Me hago cargo de la toma de decisiones, del equipo que armo, de los jugadores que vinieron. El equipo entra en vacaciones, pero nosotros tenemos que armar el plantel que viene”.

Esa última declaración de dientes apretados, como el resto de la conferencia, quizás tenga una punta para analizar los pro y los contra del proceso. El rendimiento de Bottinelli fue decepcionante, pero Marinelli puso la vara bastante alta.

Laso no funcionó, pero Lautaro Blanco se consolidó en el lateral. Ni tanto, ni tan poco, sólo un poco de mesura. Tranquilidad a la hora de declarar. Conducir al grupo no es sólo dirigir los entrenamientos y salir a la cancha.

“Venimos hablando sobre algunos nombres que tenemos en carpeta. No quiero que se repitan situaciones que sentí hoy. No podemos permitirnos volver a hacer un partido como el de hoy”, concluyó el Kily en San Nicolás.

Y quizás ese sea el meollo de la cuestión: no equivocar la selección de refuerzos. Porque desde allí se parieron las mayores frustraciones.

Refuerzos, no incorporaciones.