Cristian González tendrá su bautismo de fuego como entrenador de Rosario Central y uno de los máximos ídolos del club, Omar Arnaldo Palma, le dio su venia. En Zapping Sport, el Negro destacó que el Kily "conoce bien la institución y está capacitado", pero que deberá demostrarlo en la cancha.

"Es como cuando sos jugador, tenés 18 años y te dicen que te toca debutar contra Boca en la Bombonera. Creo que él está capacitado, conoce al club, trabajó ahí; ojalá le vaya muy bien y que a Central vuelva a ser lo que fue siempre, de tener inferiores, con la mayoría de jugadores del club en primera", tiró en Radio 2.

La comparación con Eduardo Coudet, otro que debutó en Central como DT, no se hizo esperar. Palma contestó: "Los traté a los dos, al Kily de más chico porque recién empezaba. Pero sus formas de ser, de actuar en un vestuario, se asemejan bastante. Hay que demostrar en la cancha: el Loco ya lo demostró porque armó un buen equipo y Central jugaba bien. Hay que ver cómo están los jugadores, en qué condiciones, cuántos chicos de inferiores tiene, si los grandes son referentes de los chicos...".

De todos modos, Palma saludó que convoquen a trabajar a gente nacida en el club: "Tendría que haber sido siempre así. Los tres (Kili, Carbonari y Ordóñez) jugaron conmigo y tienen el mayor de mis respetos. Siempre se deberían haber manejado así, Central ha sacado buenos entrenadores porque conocemos las inferiores".

El ex 10 centralista también confesó que con el Kily limaron las diferencias de aquel 2011, cuando borró al Kily del equipo que jugaba en la B: "Con Cristian me junté cuando festejamos la Copa Argentina. Me encontré con él en el vestuario, lo llevé aparte y aclaramos un montón de cosas. Son cosas que pasan. Fui jugador de fútbol y no voy a hablar de los jugadores. Me siguen respetando".

Y cerró admitiendo que tiene ganas de volver a trabajar en Central, pero que no lo llaman: "Algún día me tendrán en cuenta y dirán por qué uno de los más grandes no trabaja en el club. Soy respetuoso de todo el mundo, pero creo que uno se ha ganado un lugarcito".

"Cuando me tocó estar, estuve tres meses pero con muchos problemas y por eso me fui. Uno no pierde la ilusión. Central es mi segunda casa y uno siempre extraña estar, pero si no me llaman, no puedo hacer nada. Siempre soy respetuoso de los dirigentes que están y lo que vendrán. Si alguna vez me llaman, iría encantado", concluyó.