Hace pocos días se cumplió un año de la muerte de César Luis Menotti y, al margen de los reconocimientos en cada cancha, el fútbol argentino le regaló al cielo una definición de cuartos de final del Torneo Apertura entre su amado Rosario Central y su no menos amado Huracán. Luego de su partida, el prestigioso periodista Ezequiel Fernández Moores decidió escribir un libro sobre la vida del Flaco, que tituló "Menotti, el primero. Historia del técnico que refundó la selección".

"No hubiera sido fácil para él supongo el partido de este domingo entre Central y Huracán, es como preguntarse si querés más a papá o mamá", dijo Fernández Moores a modo de reflexión inicial.

Y agregó: "Hay una frase de Galeano que me gusta y que podría adecuarse a este caso: «Soy un mendigo del buen futbol», decía. Y yo creo que el Flaco se ubicaba por encima de las camisetas. Incluso, pensemos que lo primero que hizo fue ser asistente del Gitano Juárez en Newell's. Eran otros tiempos, es cierto, pero él pensaba en el proyecto que le gustaba. Admiraba a Brasil y no por eso era menos argentino".

El autor de "Diganme Ringo" (la increíble vida de un gran hincha de Huracán como Bonavena), contó en diálogo con Rosario3, además, cuál fue el germen de esta historia sobre Menotti: "La contradicción que da pie al libro es observar a este técnico con cabeza de izquierda consagrarse campeón con Videla al frente del país. Fue apenas un interrogante, lo pensé cuando murió el Flaco y lo escribí en un artículo. Me llamaron de editorial Sudamericana y me dijeron «esa idea nos parece buena para un libro». La verdad que al principio no quería saber nada, no es la mejor época para escribir libros, el tiempo que uno le entrega al libro no 'garpa', es una satisfacción por fuera de lo económico la que te da y pensé que no iba a tener tiempo para escribirlo. Pero me sedujeron bien, me dijeron que esa idea ampliada, debatida, podía andar. Y me metí a bailar. Y además era Menotti".

"En esas contradicciones encontré que el prejuicio con el que yo empecé el libro, es decir, ese debate del tipo de izquierda campeón con Videla, era un prejuicio mío: Menotti quería ser campeón, no tenía otra cosa en la cabeza", aseguró Fernández Moores. Y explicó: "El golpe era moneda corriente. Mirado desde el hoy tiene otras interpretaciones, pero hay que mirarlo desde ese tiempo. A Menotti le tocó uno de tantos golpes haciendo su trabajo, el de entrenador de la selección. El Flaco decía: «¿Ustedes se fueron de sus laburos porque vino el golpe?»"

"Este libro es un recorte de la vida de Menotti, desde su infancia hasta su muerte, pero muy focalizado en esa cabeza política y social", expresó Fernández Moores.

El libro cuenta, entre tantas cosas, la vida del Flaco en el barrio de Fisherton y sus peripecias de la juventud: "Su papá era un dirigente peronista que muere cuando Cesar era adolescente. Él se perdió un poco en esa época. Y ciertos vecinos, allegados, ferroviarios algunos, dirigentes del partido comunista (PC), empezaron a acercarlo a esas ideas. Él se afilió incluso y participó de una marcha en 1956. Era un aniversario de la revolución soviética. Y hubo incidentes graves en esa marcha. Fue gente de la acción católica porque la URSS había invadido Hungría por esos días. Se prohibieron las marchas del PC en todo el país en ese momento".

"Él tenía un ego importante y mostraba una fuerte seguridad, pero internamente tenía una fuerte inseguridad. Pensemos que le dieron la selección con 34 años y salió campeón del mundo con 39. Entonces, él buscaba algunas guías. Meses antes del mundial 78 fue a visitar a Florindo Moretti, un dirigente del PC a quien él respetaba mucho. Para eso se escondía dentro de un auto, lo cambiaban de auto y llegaba a destino".

Menotti, el polemista y el tierno

 

"Yo escribí un libro sobre un tipo que era entrenador de fútbol, pero como era muy seguro de sus ideales y muy jugado en sus expresiones, a veces demasiado categórico, eso generaba irritación y críticas. Había gente que no lo quería, sobre todo cuando tomó fuerza la radicalización con Bilardo. Creo que fue el profe Signorini que me dijo «A Menotti le gustaba más polemizar que tener razón», era un gran polemista. Es una buena definición, porque lo último que esquivaba era la polémica. Y también tengo testimonios de pibes que estudiaban periodismo cuando dirigió a Independiente y, con alma de docente, les agarraba el cuaderno, la birome y les explicaba con detalles asombrosos lo que él pretendía en la cancha; con un respeto y una pasión infinita. Muy didáctico. Esos pibes lo aman. Hay otra colega que me contó como Menotti acompañó su proyecto de embarazo y que le decía que sería el abuelo de los pibes. Muchos gestos cariñosos, afectivos, bien lejos del suficiente y arrogante que veíamos en lo público. Yo buscaba contar todo eso", asegura. 

Para Fernández Moores, la pelea entre Menotti y Bilardo "generó en muchos entrenadores un debate sobre cuál es la mejor manera de ganar"

Cómo contar lo contado: Menotti vs. Bilardo

 

"Lo primero que me pasó con ese tema era tratar de abordarlo sin aburrirme porque estaba recontra contado. No me quería aburrir mientras escribía y menos transmitir eso al resto. Hay algo inevitable, que era afrontarlo: no se podía omitir eso porque fue parte de su vida. Entonces traté de pensar en la parte positiva de aquel conflicto: yo creo que interesó a muchos entrenadores sobre cuál es la mejor manera de ganar. En la ridiculización que se hizo de los dos personajes pareciera que uno solo quería ganar y el otro solo quería jugar lindo. Incluso, ellos también alimentaron esa simplificación. El debate podría ser cuál es el mejor método para eso. En ese debate se formó mucha gente amante del fútbol. Yo no creo que sea casual que tengamos 7 de 10 técnicos argentinos en la Eliminatoria Sudamericana, que el país con mayor cantidad de técnicos en los últimos mundiales hayan sido argentino. No creo que haya sido estéril ese debate. Después eso terminó con «a mí me gusta Serrat y a vos Los Wawancó», entraron en una tontera ya.

El primer Menotti

 

"El Flaco recibió la primera oferta para dirigir a la selección en el 74, pero apenas meses antes del Mundial. Y él entendió que eso era un caos. En el 71, con apenas 31 años, le dijo a sus amigos en una cena «primero voy a ser campeón con Huracán», que nunca había ganado en el profesionalismo, su último título había sido en 1928, «y después voy a ser campeón mundial con la selección», que tampoco había ganado nada. Decíamos que éramos los mejores del mundo, pero no habíamos ganado nada. Así que a uno de sus amigos le pareció demasiado, se levantó y se fue de la cena", cuenta Moores sobre sus charlas con los íntimos del Flaco.

Y siguió: "Apenas termina el mundial 74, con Argentina eliminada muy mal por Holanda, inicia su proyecto. La cabeza la tenía formateada desde hacía mucho, se formó para eso: viajo al mundial del 70, al del 74, viajó a Alemania para ver el futbol europeo. Y armó un plan para crear selecciones; la del interior, con mayoría de jugadores de talleres de Córdoba; la selección de Santa Fe con mayoría de rosarinos y crea la Metropolitana. Esas tres, más la de los juveniles (que ya estaba creada). Así contó con 4 planteles a disposición para trabajar".

Luego llegaría la parte de la competencia: "Empezó a jugar partidos contra equipos de todo nivel, arriesgó a jugar contra clubes, cuando no podía contra selecciones, quiso jugar siempre contra europeos porque quería eliminar el 'cuco' de la potencia física europea, exigió a los clubes la cesión de los jugadores, que se negaban (sobre todo Boca y River). Además, pidió sanciones para quienes no los cedieran; y exigió 4 años de contrato, cuando -hasta su llegada- los técnicos duraban un año al frente de la selección.

El último Menotti

 

El entrenador rosarino pasó sus últimos días como el hacedor en las sombras del último gran hito del futbol argentino. Fernández Moores explicó que el Flaco no influyó en la decisión inicial para el arribo de Lionel Scaloni, "pero Tapia entendió que era un presidente débil en aquel momento y encontró en Menotti una voz sabia", y que no pretendía que fuera alguien que se encargara de planificar giras, fechas y hoteles; sino una suerte de guía.

"El momento más importante de esa gestión, con Argentina tercera en la Copa América 2019, Menotti lo llamó a Tapia y le dijo que era hora de darle la confirmación definitiva hasta el final del Mundial de Qatar. Tapia me cuenta que él tenía esa idea, pero no se animaba a ejecutarla porque se sentía débil. Ese diálogo con Menotti fue decisivo, tanto que lo llamó a Scaloni para decirle que al día siguiente le iba a comunicar al comité ejecutivo que él sería el técnico hasta Qatar"

*Ezequiel Fernández Moores

Periodista desde 1978. Trabajó en agencias de noticias: redactor de Noticias Argentinas (1978-82), Jefe de Deportes de DyN (1982-89) y Editor de Deportes en la italiana ANSA (1989-2019). Escribió en Página 12, Mística, El Periodista, TXT, trespuntos (actualmente en Cenital y Acción, además de La Nación). Colaboró con diarios del exterior como The New York Times, Washington Post y El País y La Vanguardia, de España. En radios (actualmente Destape 1070 y Radio Ciudad de Buenos Aires). Hizo guiones e investigaciones para documentales de TV (Mundial 78, Historia de los Mundiales con Eduardo Galeano, FIFAGate). Escribió los libros: Diganme Ringo, Breve historia del deporte argentino y Juego, luego existo. Cubrió nueve Copas Mundiales de fútbol. Fue premio Konex a mejor periodista deportivo argentino de la última década. Y conferencista en congresos en Berlín, Copenhague, Oslo, Coventry, entre otras ciudades.