Una de las 10 principales amenazas a las que se enfrenta la humanidad en salud pública, que incluso podría ser la primera causa de muerte en 2050, es la resistencia a los medicamentos antimicrobianos. Así lo determinó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En este aspecto, el uso responsable de los antibióticos se presenta como una necesidad cada vez más urgente de atender ya que su uso inadecuado brinda una mayor resistencia a las bacterias que se desean combatir. De esta forma, se crean las llamadas "superbacterias", unos microorganismos que resisten al efecto de los fármacos con los que habitualmente eran tratados.

Es por ello que las recomendaciones se orientan a un uso y consumo consciente y responsable, únicamente cuando sea indicado por los profesionales, atendiendo así a los riesgos que conlleva el uso irresponsable.

Los antibióticos no deben usarse contra virus o fiebre

Uno de los grandes errores es utilizar antibióticos sin receta médica, porque ya se tienen en casa y se administran por cualquier dolencia. Los virus que causan gripes o resfríos terminan siendo el principal causante del uso irresponsable de antibióticos ya que generan automedicación sin éxito, puesto que los antibióticos no son efectivos para estas situaciones.

Sin embargo, predisponen al cuerpo a una resistencia tal que las bacterias que sí deben tratarse con los mismos ya no recibirán el "ataque" necesario cuando se ingiera el antibiótico en cuestión contra las mismas.

"Las infecciones respiratorias habitualmente están producidas por virus y son la causa más frecuente de un uso inadecuado de antibióticos. Es decir, para los catarros, gripes, resfríos o incluso faringitis viral, los antibióticos no son necesarios, porque ni matan a los virus, ni bajan la fiebre, ni reducen otros síntomas como la tos, la mucosidad o los estornudos, es decir, no funcionan contra los virus. Tomarlos en estos casos es contraproducente", resaltan los expertos.

Diez recomendaciones para un uso responsable de los antibióticos

-No automedicarse.

-Recordar que no son eficaces para curar catarros y gripes.

-No solicitar antibióticos al farmacéutico sin que el médico los haya indicado.

-Si un niño o niña muestra síntomas de alguna infección, llevarlo al pediatra.

-Seguir las instrucciones del profesional médico cuando se tomen antibióticos. No interrumpir ni extender por voluntad propia el tratamiento indicado.

-Planificar los horarios de toma del medicamento cumpliendo y respetándolos.

-Completar el tratamiento de los antibióticos durante el tiempo prescrito. No interrumpirlo aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad.

-No guardar ni tomar los antibióticos que sobren tras el tratamiento.

-Seguir el calendario de vacunación. Muchas de las vacunas son para enfermedades causadas por bacterias, por lo que de esta manera se vela por la propia salud, al tiempo que se contribuye a evitar que las bacterias aumenten la resistencia a los antibióticos.

-Para las mascotas, también con receta. El veterinario decide su tratamiento y prescribirá el antibiótico solo cuando sea necesario. No darles medicamentos sobrantes que puedan tenerse en casa.

 

Fuente: EFE.