El denominado "Síndrome de Cushing" refiere a uno de los trastornos endocrinos poco frecuentes, provocado en este caso por un exceso de cortisol (también conocido como "hormona del estrés") que genera distintos desequilibrios en el organismo. El 8 de abril de 1869 nació el neurocirujano Harvey Cushing quien identificó la enfermedad que lleva su apellido y, por esa misma razón, cada 8 de abril se celebra el Día Mundial del Síndrome de Cushing.

Síndrome de Cushing: exceso de cortisol

El cortisol es una hormona esteroide producida por las glándulas suprarrenales que, en cantidades normales, ayuda al cuerpo a reaccionar ante el estrés así como mantener la presión sanguínea y la función cardiovascular; mantener el sistema inmunitario bajo control; convertir en energía la grasa, los carbohidratos y las proteínas.

Ante un exceso de producción de esta hormona y el desarrollo del Síndrome de Cushing, desde la Sociedad de Endocrinología de Estados Unidos determinaron dos subtipos:

-Exógeno: El más común y temporal ya que se presenta en personas que están tomando medicamentos semejantes al cortisol y desaparece en cuanto dejan de tomarlos.

-Endógeno: las glándulas suprarrenales producen demasiado cortisol, es poco común y puede ser difícil de diagnosticar. En la mayoría de los casos, este tipo es ocasionado por tumores que secretan hormonas en las glándulas suprarrenales o en la pituitaria, una glándula situada en la base del cerebro.

Síndrome de Cushing: síntomas

El exceso de cortisol afecta a cada persona de manera diferente, por ello, los signos pueden variar en cada paciente y dificultan muchos aspectos de la vida diaria, incluidas las relaciones familiares y sociales, la autoimagen y el bienestar físico y mental. 

Los principales síntomas son:

-Aumento de peso, especialmente en la parte superior del cuerpo.

-Cara redonda y acumulación de grasa entre los hombros y encima de las clavículas.

-Nivel alto de azúcar en la sangre (diabetes).

-Presión arterial alta (hipertensión).

-Pérdida de densidad en los huesos (osteoporosis).

-Pérdida de masa muscular y debilidad.

-Piel delgada en la que se forman moretones con facilidad.

-Estrías de color rojo o púrpura (generalmente en el abdomen y debajo de los brazos).

-Depresión y dificultad para pensar con claridad.

-Exceso de vello facial en las mujeres.

Debido a esta variedad y solapamiento de síntomas, la detección del síndrome es difícil, aunque resulta vital para un pronto tratamiento. Según la iniciativa “ThisCushing”, propiciada por la compañía Recordati Rare Diseases, especializada en medicamentos huérfanos para enfermedades raras, cada paciente es diferente y único y el Cushing es una enfermedad muy heterogénea en sus manifestaciones. Por eso, es muy importante tener más herramientas para poder personalizar el tratamiento e individualizarlo.

El diagnóstico

En cuanto a la edad del diagnóstico varía en función de la causa. La enfermedad de Cushing (Cushing de origen hipofisario) ocurre fundamentalmente en mujeres entre los 25 y los 45 años. Por otra parte, los tumores suprarrenales que secretan corticoides y llevan a síndrome de Cushing aparecen en la primera década de la vida o posteriormente alrededor de los 40 y los 50 años.

Cabe destacar que el Cushing endógeno es entre 3 y 5 veces más frecuente en mujeres que en hombres y se estima que esta enfermedad, considerada rara, se produce entre 2 y 4 casos por millón de habitantes al año.

El tratamiento

El síndrome de Cushing exógeno desaparece cuando el paciente deja de tomar los medicamentos semejantes al cortisol que estaba recibiendo para tratar otra afección. Su médico determinará cuál es el momento apropiado para reducir de manera gradual y finalmente dejar de tomar dichos medicamentos, según la Sociedad de Endocrinología de Estados Unidos.

En casos de origen endógeno, la medida inicial suele ser cirugía para extirpar el tumor que está causando el alto nivel de cortisol. Aunque la cirugía generalmente es eficaz, algunas personas necesitan también medicamentos para reducir la producción de cortisol o radioterapia para destruir las células restantes del tumor. En algunas personas, es necesario extirpar ambas glándulas suprarrenales para controlar el síndrome de Cushing.

Los avances más recientes se centran en la mejora de las pruebas de laboratorio, las pruebas de imagen funcional y la aparición de nuevos fármacos bloqueadores de la síntesis de cortisol, respectivamente de la esteroidogénesis.

 

Fuente: EFE.