El ciudadano boliviano detenido este jueves a la orilla del río Carcarañá acusado de tripular el avión que transportaba 475 kilos de cocaína que fue forzado a aterrizar en un campo de Pueblo Andino no es un hombre cualquiera.
De 57 años, Óscar Armando Caba Hurtado es un militar reservista que desde 1989 perteneció a la Fuerza Aérea de Bolivia y está acusado de perpetrar delitos de lesa humanidad en los sucesos del 15 noviembre de 2019 durante la presidencia de facto de Jeanine Áñez tras la renuncia forzada de Evo Morales. En rigor el militar está acusado de participar de la llamada Masacre de la localidad boliviana de Sacaba (departamento de Cochabamba) donde 10 civiles murieron por balas de militares especializados en medio de protestas contra Yáñez.
Con relación al expediente por la masacre, el 23 de octubre de 2023 el fiscal general de Estado de Bolivia, Juan Lanchipa Ponce, solicitó penas de 30 años de prisión para Yánez y un grupo de 17 militares, entre ellos Caba Hurtado, por el delito de genocidio. A más de un año de concluida la investigación, el juicio aún no se llevó a cabo.
Todo parece indicar que Caba Hurtado aprovechó su expertise de aviador y se recicló como contrabandista. Sin embargo, no llegó a "coronar" el millonario cargamento. Quienes frustraron el envío, según la investigación, fueros sus pares de la Fuerza Aérea Argentina.
Un narcoavión y credenciales militares
Caba Hurtado fue detenido a media mañana en Andino, sindicado como el principal sospechoso de ser el piloto de la aeronave abandonada con casi media tonelada de cocaína. El personal de la Comisaría local le secuestró carnés militares, sus cédulas de identidad y conducir y tarjetas de crédito.
Según el portal Fiscales, la detención se concretó a partir del llamado a los bomberos de un vecino que divisó a un hombre atrapado en una barranca y con supuesto riesgo de caer al cauce del río Carcarañá. Al lugar arribó también la policía de Santa Fe que, tras esperar que la persona fuera rescatada y puesta a salvo, procedió a su identificación.
El hombre no pudo justificar su presencia en el lugar y aportó varias credenciales que confirmaban su procedencia de Bolivia y, al menos de forma preliminar, su presunto vínculo con la avioneta abandonada cargada con 475 kilos de cocaína.
En uno de los rastrillajes realizados esta mañana por orden del fiscal, alrededor de las 6.40, personal de Operaciones Montadas de Gendarmería halló nueve tachos cargados de combustible de avión, junto a dos bombas de eléctricas de abastecimiento, en los alrededores del campo donde aterrizó la aeronave.