Albertina Andrés sube otra vez al escenario con una propuesta tan delicada como poderosa. En Opus 1, Pequeña pieza de una bailarina, la joven artista —bailarina, actriz y escritora— despliega en apenas 40 minutos una autobiografía escénica que conmueve, inspira y deja una huella profunda. La cita es el viernes 11 de julio a las 21 en Sala Tandava (9 de julio 754).

Hija de músicos, Albertina comienza su relato con una tierna evocación del momento en que sus padres eligieron su nombre. Desde allí, se adentra en un recorrido que combina danza, palabra y teatro, en una fusión orgánica que revela una sensibilidad artística fuera de lo común.

Uno de los aspectos más logrados del espectáculo es el uso del vestuario que la propia Albertina usó en su etapa de formación. Esa ropa, lejos de ser un simple recurso, se convierte en símbolo del tránsito y la transformación. Con gracia y sentido del humor, la artista también retrata escenas familiares y recuerda con cariño —y algo de ironía— a su madre, su padre y al entrañable abuelo Andrés, quien fabricaba motores, uno de los cuales, dice Albertina, late hoy dentro de ella.

Andrés rescató la ropa que usó durante su formación como símbolo del tránsito y la transformación.

Pero Opus 1 no se queda en la nostalgia o el homenaje. También hay crítica, dolor y denuncia. Albertina comparte con valentía su experiencia con docentes que no supieron alentarla, las exigencias físicas de la danza clásica que amenazaron con quebrar su autoestima, y el camino sinuoso que recorrió hasta aceptar su cuerpo, su talento y su modo único de habitar la escena.

El resultado es una pieza conmovedora y liberadora, que culmina con una Albertina que ha encontrado su voz —y su movimiento— propio. Ya no busca cumplir con estándares ajenos: baila desde el centro de sí misma, con una alegría que contagia.

Apoyada por un pequeño pero comprometido equipo de producción y con el respaldo de la Sala Tandava, esta obra logra algo poco frecuente: transmitir un mensaje profundo con herramientas sencillas, sin artificios ni pretensiones, solo con arte verdadero.