Zaz canta con la misma naturalidad con la que las personas respiran. Lanza bocanadas sonoras que intercala con inflexiones, scat y hasta bramidos acompañados de una gestualidad cómplice. Cantar para ella es un acto alegre que le explota en el cuerpo y lo comparte con el público: nada queda guardado, la entrega es completa.

Apoyada en su capacidad vocal y en la banda-quinteto que la acompaña, Isabelle Geffroy (Zaz, para el resto del mundo) habitó el escenario del Metropolitano en distintos niveles: jazz, gypsy jazz, pop, swing, rock, una base disco, alguna cita world músic, guitarras flamencas, rhythm and blues y la reverencia a la chanson que plasmó con nombres en los covers de Edith Piaf y Maurice Chevalier.

 (Diego de Bruno / Dosdosunoprensa)

Todo eso hilvanó en una veintena de temas el último viernes en su tercer concierto en Rosario; un recital que comenzó poco antes de las 21.30 y concluyó a las 23.10.

Lo dicho: a Zaz su arte la trasciende. Tanto es así que para el Organique Tour –la gira internacional que marca su regreso a los escenarios después del parate pandémico– la artista decidió comenzar los conciertos desde el público. Lo hizo acá también, entre pasillos de sillas y palmas abiertas mientras interpretaba “Les jours heureux”.

 (Diego de Bruno / Dosdosunoprensa)

“Me encantan los actos simbólicos porque convierten lo invisible en visible”, indicó Zaz en español en el comienzo de recital luego de enumerar “los cinco elementos”: agua, tierra, aire, fuego “y las personas”.

Con algunas pocas intervenciones en la lengua de Castilla –como el espontáneo “qué calor”–, la vocalista compartió la mayoría de las explicaciones, los deseos y agradecimientos en francés.

“Imagine”, “Si jamais j'oublie”, “Que vendrá”, “De couleurs vives” y “Ma valse” marcaron la continuidad del setlist. En tanto que con la seguidilla “Les passants”, “Comme ci, comme ça” “Paris sera toujours” y “Laissez-moi” el concierto cambió de tempo: el pop-jazz inicial se aceleró para la irrupción de gypsy jazz (manouche), el swing y el scat de una cantora que se asume juglar.

. (Diego de Bruno / Dosdosunoprensa)

La adrenalina de este bloque “gitano” se cortó con el slap de Swaeli Mbappe en “On s'en remet jamais”. “La fée” –a garganta viva– y “Tout là‐haut” fueron el prólogo de una interpretación del bolero “Esta tarde vi llover”.

Además del bajista/contrabajista, la sólida banda que acompaña a Zaz está integrada por David Hadjaj, en teclados; Guillaume Juhel Guichto y Nenad Gajin, en guitarras; y Jonathan Grandcamp, en batería.

“Dans ma rue”, el primer cover de Edith Piaf de la noche, en una versión chansonera e intimista abrió la recta final del show con “Serendipia”, “On ira” y “Je veux” en el broche.

Una épica “Le chant des grives” y “La vie en rose” fueron los dos bises del concierto, el penúltimo del Organique Tour en Argentina.

Una sensación puesta en estas y otras palabras se escuchó en la espera frente a la puerta de salida del predio: “Por un rato, la realidad de Rosario fue otra”. La hipnótica Zaz lo hizo posible.