De acuerdo al último relevamiento del Índice Barrial de Precios (IBP), una familia de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) en el mes de mayo necesitó más de 3 salarios mínimos para no caer bajo la línea de pobreza. En términos de números, representa  1.141.048 pesos. Asimismo, para cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que marca la línea de indigencia, necesitó 500.460 pesos. 

Este indicador es construido mes a mes a partir del relevamiento de comercios de cercanía en barrios populares de Rosario y Villa Gobernador Gálvez. Lo realiza personas que viven y compran en cada uno de esos almacenes, verdulerías y carnicerías barriales. 

Para comprar los productos de almacén para todo el mes, una familia necesitó $224.991. En cuanto a verdulería, la misma familia necesitó $90.120, considerando muchas verduras de estación. Mientras que para el rubro carnicería, una canasta que incluye carne de vaca, pescado y pollo, necesitaron $18.5347.

“En un contexto donde se discuten los ingresos de los trabajadores como chicana y se tergiversan datos, es bueno poder mostrar un indicador que refleja la vida de la mayoría de las personas” dijo Sofía Botto, directora del ISEPCi en la provincia de Santa Fe.

Rosario no es una isla: la inflación y el aumento de precios nos golpea por igual y complejiza la situación social en los barrios populares. Cada vez hay menos comedores funcionando y menos copas de leche por falta de insumos; la ayuda local no alcanza".

Y cerró: "La Municipalidad debe exigirle con contundencia a Javier Milei y al gobierno nacional que mande los alimentos para los comedores comunitarios o la situación solo va a empeorar".

“A partir de nuestro relevamiento no solo analizamos precios, sino la cada vez más precaria alimentación de quienes viven en los barrios populares. Hay alimentos que están contemplados dentro de la canasta básica, como cortes de carne y verduras que ni siquiera llegan a las góndolas de los mercaditos barriales. A eso hay que agregar la distancia cada vez mayor de productos que les gustaría comprar, pero que no pueden adquirirlos por falta de dinero, como la leche” finalizó Sofía Botto.