Nuevos análisis sugieren que el planeta más interno del sistema TRAPPIST-1 podría tener una atmósfera espesa y rica en dióxido de carbono. Esto desafía las teorías anteriores que lo consideraban una roca estéril sin aire.
El sistema TRAPPIST-1, ubicado a solo 40 años luz de la Tierra, es objeto de intensa investigación desde su descubrimiento en 2017. Los astrónomos han estado tratando de determinar si alguno de los siete planetas del sistema podría albergar vida, lo que depende en gran medida de la presencia de una atmósfera, según publicó el medio especializado Space.com.
Take a 360° tour of TRAPPIST-1d, one of the Earth-sized plants in the newly discovered system ~40 light-years away: https://t.co/5mMKpRPcoc pic.twitter.com/RRuPiOleOe
— NASA (@NASA) February 22, 2017
Las observaciones iniciales del telescopio espacial James Webb sugerían que TRAPPIST-1b, el planeta más interno del sistema, era una roca estéril sin aire debido a la radiación estelar. Sin embargo, un nuevo análisis de los datos del JWST reveló una historia diferente.
Según el estudio, TRAPPIST-1b podría tener una atmósfera espesa y rica en dióxido de carbono, similar a la de la luna Titán de Saturno. Esta atmósfera podría incluir una neblina altamente reflectante, lo que explicaría la falta de una caída esperada en las observaciones anteriores.
Además, las nuevas mediciones revelan una temperatura inesperadamente alta para la superficie de TRAPPIST-1b, lo que podría indicar que el planeta está agitado por la actividad volcánica. Estos hallazgos abren nuevas perspectivas sobre la habitabilidad de TRAPPIST-1b y destacan la importancia de continuar investigando este sistema planetario.