A más de dos años, es inminente el juicio al gendarme que mató de un disparo a un joven que intentó robar cables en la zona norte.

El jueves, la jueza Hebe Marcogliese aceptó las pruebas ofrecidas por las partes para rendir en un debate oral y admitió la acusación de la Fiscalía por homicidio agravado por arma de fuego.

En ese marco, se supo que la fiscal María de los Ángeles Granato adelantó un pedido de pena de 12 años para Fabricio Cortez, el efectivo sanjuanino que permanece en prisión preventiva efectiva desde marzo de 2023, cuando le disparó a Marcelo Alejandro Flores, descrito como un ciruja con problemas de adicción que se ganaba la vida vendiendo cartones y metales en chatarrerías, quien falleció tras recibir un impacto de bala en el cuello, en circunstancias que serán materia de debate.

La defensa, a cargo de Carlos Varela, irá por la absolución del imputado, ya que postula que Cortez actuó en legítima defensa, por lo que es de esperar un litigio reñido. El penalista había propuesto un juicio por jurados, de implementación reciente en la provincia, pero la Fiscalía no lo aceptó.

De acuerdo con la fiscal Granato, aquel 5 de abril Flores y un cómplice –para el gendarme había un tercero– intentaron desprender un cable del tendido eléctrico –que ya se encontraba colgando– con fines de robo, en Medrano al 2300, entre Gallo y Baigorria, en barrio Unión.

La situación fue advertida por Cortez, que estaba de civil, puesto que se encontraba en su domicilio, cerca del lugar. Cortez llamó al 911; describió la secuencia y alertó sobre «masculinos con ropas oscuras» que estaban robando cables.

Segundos más tarde, Cortez salió a la vereda con una pistola 9 milímetros; Flores advirtió su presencia y se quedó en Medrano, mientras que el cómplice corrió hacia el sur, tomó Baigorria y se escabulló.

Flores intenta escapar hacia Gallo, perseguido por Cortez, que intentó evitar su huida apuntándole con el arma. Y es allí –de acuerdo con la Fiscalía– cuando jaló el gatillo, lesionado a Flores en el cuello con un impacto de bala 9 milímetros.

Herido de muerte, Flores dio un giro por Medrano y encaró hacia Baigorria, mientras Cortez seguía por detrás de él apuntándole. Finalmente, en Baigorria 1500, Flores se desplomó y Cortez lo redujo, colocando sus dos brazos juntos en la espalda. Minutos después, Flores murió.

Esa es la versión de la Fiscalía, que ubica al gendarme disparando por la espalda a robacables. Previamente, la fiscal anterior, Gisela Paolicelli, había postulado otra secuencia, preliminar, que ubicaba a Cortez siendo ejecutado mientras estaba agachado o arrodillado, versión que no prosperó.

Sin embargo, para la defensa, Cortez recibió una agresión ilegítima por parte de Flores y quienes lo acompañaban; existió la presencia de armas blancas y un grito de “quemalo”, como incitación de atacar al gendarme.

La situación procesal de Cortez no pasó desapercibida en la localidad sanjuanina de Villa Mercedes, de donde es oriundo. A más de 1000 kilómetros de Rosario, hubo marchas de familiares, amigos y allegados, reclamando por la libertad de Cortez, y aseverando que actuó en legítima defensa.