Este miércoles comenzó en Rosario el juicio por el femicidio de Nora Escobar, un episodio que conmocionó a Granadero Baigorria y la región, por las circunstancias del hecho.

Inicialmente, sus familiares anunciaron su desaparición, comenzó la búsqueda de paradero y unos días después allanaron la casa de su marido y no encontraron nada. Hubo un segundo allanamiento, cuando el hombre ya se había dado a la fuga, y hallaron el cuerpo de la mujer cuerpo enterrado en el patio con 18 puñaladas

Días después, su pareja, Gregorio Ramón Britez, que apuntaba como el principal sospechoso del crimen, fue detenido en un paso fronterizo entre Argentina y Paraguay. 

Ahora, la fiscal Mariso Fabbro pide prisión perpetua para este hombre en el juicio que se lleva adelante en su contra como responsable del brutal asesinato. 

En declaraciones a la prensa lo describen con el perfil típico de un maltratador. Nora no fue la única víctima, también lo fue su ex pareja, que hoy colabora en el juicio y declaró en su contra. 

"La prueba fundamental, desde mi punto de vista, se dio este miércoles, cuando declaró el personal policial que llevó a cabo toda la investigación desde el inicio, cuando la hija de Nora realizó una denuncia de paradero", dijo Fabbro en El Tres.

También declaró el instructor canino, porque tuvo un rol fundamental la sección perros del MPA en el hallazgo del cuerpo de Nora en el patio trasero de la casa que compartía con el imputado.

Este miércoles también se incluyó todo el material vinculado a la geolocalización del celular de Nora, que tiene como última referencia el 22 de abril del 2022 aproximadamente a las 22, en ese domicilio: "Esto fue determinante porque se había hecho un allanamiento previo y esta segunda instancia en la que se halla el cuerpo viene como consecuencia de ese dato de geolocalización", sumó la fiscal.  

"Lo que decía el señor Britez era que Nora había abandonado el domicilio conyugal y que se había ido a Córdoba", finalizó Fabbro.

El otro detenido es Antonio Alberto Lipari, acusado por encubrimiento agravado por el hecho precedente, ya que –según la Fiscalía– ayudó a Britez en su intento de fuga.

“A Lipari se le imputó el encubrimiento en actos posteriores al homicidio; la fiscalía sostiene que es imposible que Britez, dada su edad y contextura física y estado físico general haya podido no sólo enterrar el cuerpo sino luego realizar toda una carpeta de concreto sobre ese patio, limpiar toda la casa y arreglar y pintar las paredes que estaban manchadas con sangre –porque el reactivo luminol dio positivo en toda la vivienda–“, dijo la fiscal sobre este hombre, “amigo de toda la vida” de Britez.