La goleada de Central frente a Colón de Santa Fe, con Marco Ruben como gran héroe de la noche con sus tres conquistas y superando a Mario Alberto Kempes, generó que regrese la ilusión de clasificarse a la Copa Sudamericana.

Fue un tremendo triunfo, a lo Central. En realidad, a lo Cristian González. Con mucho vértigo, pero también con errores en su retroceso, como ocurrió en todo el año. Muchos apuntan a la defensa irregular, pero en realidad la cosa pasa por otro sector: el medio campo.

La zona roja, de alerta, de alarma, es ese lugar, donde el conductor hizo muchas pruebas: con Zabala por derecha y Pupi Ferreyra por izquierda, después con Infantino y Lo Celso; pero ninguno se adaptó a la idea que necesita este esquema. Cuando los laterales se suman al ataque se necesita. los relevos correspondientes achicando los metros del terreno. El equipo no puede quedar largo porque si no quedan mano a mano en los contragolpes. En más de una oportunidad, los defensores quedaron expuestos en sus limitaciones de marca.

El gol del Sabalero es la mejor muestra para repasar los inconvenientes del conjunto auriazul: una corrida eterna desde su campo de Christian Bernarndi, Emanuel Ojeda acompaña sin cometer falta técnica y Gonzalo Piovi anota cuando ya estaba en el área de Romero y definió desde un lugar de comodidad. 

Este Central es muy ofensivo, tiene un poder extraordinario en ese sentido, con laterales como Martínez y Blanco, que son los mejores del fútbol de nuestro país . la hora de proyectarse y generar peligro. Más allá de que todos saben de ese capital, muy pocas veces pudieron los rivales neutralizarlos. De todos modos, a la hora del retroceso no son tan claros en esa materia. Allí, tendrían que aparecer los volantes de marca para relevar y controlar la zona media. Pero eso, el Kily no pudo lograrlo nunca y allí está el gran desequilibrio auriazul. 

Logró 34 tantos a favor y 33 en contra, demasiado para tener aspiraciones a ser protagonista. River, el campeón, llegó a 48 goles a favor y solo 13 en contra, es mucha diferencia en todos los aspectos. No solo en los números, claro,  también tiene un plantel de jerarquía y sobre todo con recambio, algo que Central no tiene. Las variantes que suele realizar el Kily son pibes de la casa, que les falta rodaje y aprendizaje. Todo eso lleva tiempo, algo que no sobra en nuestro bendito fútbol argentino.

Cristian Gonzalez va a continuar en la institución, es una realidad pero de ahora en adelante los directivos y el manager tienen la responsabilidad de traer nombres con espalda y oficio que puedan satisfacer la idea táctica del entrenador que es muy clara y sencilla pero si sigue todo como hasta ahora va camino al fracaso en el 2022.