En el último año, los trabajadores asalariados en la Argentina mostraron cierta mejora en su poder adquisitivo sobre algunos productos de la canasta básica, como la yerba, el aceite, la leche, el huevo y el pan.

Así lo indicó el último informe realizado por Coninagro, titulado “Del Sueldo al Plato”, que analiza la evolución del salario promedio medido por el índice Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) y la capacidad de compra de ese ingreso sobre bienes alimenticios.

Según apuntan en el informe, el salario medido por Ripte ganó poder de compra frente a seis alimentos básicos que monitorea Coninagro: aceite de girasol, yerba mate, leche, asado, huevo y pan.

En el caso del aceite de girasol, se pudieron adquirir un 49% más de botellas de 1,5 litros en comparación con marzo de 2024, y en el de los paquetes de yerba mate el poder de compra se incrementó un 72% en relación con el año previo.

(Coninagro)

En tanto, fue posible comprar 57% más de sachets de leche de un litro y 18 kilos más de asado (16,4% adicional). Además, un salario promedio permitió hacerse de un 33% más de huevos y un 28% más de kilos de pan.

Entre marzo de 2024 y marzo de 2025, los salarios aumentaron un 93%, mientras que la inflación acumulada en el mismo período fue del 56%. Este crecimiento permitió, sostuvieron desde Coninagro, una recuperación de esos ingresos: “El salario promedio pasó de $1.131.211 en marzo de 2024 a $1.401.427 en marzo de 2025”.

Sin embargo, esta situación empezó a generar “una dificultad para la rentabilidad de los productores agropecuarios” que enfrentan dificultades debido al rezago en los precios de los alimentos. En productos como la yerba mate, los costos aumentaron más que los precios, afectando su rentabilidad.

(Coninagro)

Esta situación, apuntaron, se replica en varias economías regionales que abastecen el mercado interno. “Por poner algunos ejemplos: en el último año la cebolla perdió el 51,6% de su valor real; la naranja, el 48,5%; el arroz, el 48,1%; el azúcar, el 35,6%, y la harina, el 30,1%”, precisaron.

El escenario plantea un desafío para equilibrar el poder adquisitivo de los consumidores con la sostenibilidad económica de los productores, quienes ven cómo sus márgenes se reducen en un contexto de costos crecientes.