El término wearable es un gran paraguas utilizado para referirse a una categoría de dispositivos electrónicos que se pueden vestir. Cámaras de acción como la GoPro, lentes de realidad virtual e incluso anillos, chupetes, remeras, camperas, medias y calzas repletas de sensores entran bajo esta denominación. Pero los reyes de estos artefactos tecnológicos sin duda son los smartwatches y las pulseras deportivas, cada vez más populares gracias a que su precio se ha hecho progresivamente más accesible.

Hay que tener en cuenta que los relojes inteligentes también funcionan como monitores de actividad física, por lo que en este grupo puede haber cierto solapamiento. En líneas generales, una pulsera deportiva está diseñada para hacer un seguimiento de la actividad física, aunque también puede vincularse al celular mediante mensajes y notificaciones al igual que un smartwatch. Estos últimos, al ser dispositivos más completos, también suelen ser más caros, pero todos llevarán al menos registro del ritmo cardíaco y de los pasos realizados. Al escalar en el precio de estos gadgets empiezan a incorporar diferentes sensores, como acelerómetro, gps, oxímetro para calcular el nivel de saturación de oxígeno en sangre, sensor de temperatura corporal, chip NFC para pagos móviles, reproducción de música por bluetooth y hasta permiten realizar llamadas telefónicas.

Estos dispositivos son mucho más que un objeto de moda que da la hora y muestra notificaciones. Tener la posibilidad de registrar diferentes métricas sobre la actividad diaria, la frecuencia cardíaca y las horas de descanso pueden servir no solo para saber dónde estamos parados desde un punto de vista de salud general, sino para concientizarnos sobre la realidad de nuestro estado físico. No hace falta ser deportista para beneficiarse con la información que estos pequeños aparatos recopilan. Estas pulseras registran el gasto energético total diario, y aunque sea solo una estimación, puede servir para planificar la alimentación diaria cuando se busca llevar una dieta equilibrada o bajar de peso.

No hace falta ser deportista para beneficiarse con la información que estos dispositivos recopilan

Además de realizar actividad física con frecuencia y llevar una nutrición adecuada, otro hábito fundamental para la salud es un correcto descanso. Unas buenas horas de sueño recuperan el cuerpo y la mente, permiten afrontar el día con energía, ayudan a pensar con claridad y reducen las probabilidades de desarrollar algunas enfermedades. Muchos smartwatches permiten hacer un seguimiento del descanso, no solo registrando el momento de dormirse y despertarse, sino además cuánto duraron las fases más importantes del sueño y si tuvo interrupciones. “Si bien no son instrumental médico, estos dispositivos brindan ciertos datos que pueden ser considerados. No son una mala información y no hay porqué desacreditarla”, dice el Dr. Claudio Aldaz, médico neurólogo especialista en trastornos del sueño.

“Hay muchos pacientes que vienen con la información que obtuvieron de estos sistemas. Muchos de ellos son gente que hace deporte, que sale a correr, entonces controla su frecuencia cardíaca, su ritmo respiratorio, ven qué noche hizo, el porcentaje de tiempo dormido, etapas de sueño superficial y profundo y no está mal, no está mal”, destaca el Dr. Aldaz. “No son despreciables como información, por supuesto si uno pretende tener un diagnóstico de algún problema vinculado al sueño no nos podemos llevar únicamente por eso, pero así como un paciente nos cuenta algún síntoma, nos da información o quién duerme con ese paciente nos cuenta que duerme de tal o cuál manera, bueno, esto también puede formar parte de esta data que nos orienta a pensar en un diagnóstico y después estudiar ese paciente con un diagnóstico al menos presuntivo. Así que en buena hora que la gente se ocupe un poco de su calidad de sueño”, señala el especialista.

Muchos smartwatches permiten hacer un seguimiento de la calidad del sueño

Algunos de estos smartwatches pueden incluso llegar a salvar vidas. La última iteración del Apple Watch, el modelo Series 7 tiene un sensor de electrocardiograma aprobado por l. Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) capaz de detectar indicios de fibrilación auricular, y tiene también un sistema de detección de caídas que llama automáticamente a emergencias si detecta que el usuario no se mueve. “Este tipo de dispositivos no es que tengan una utilidad médica específica, pero son sumamente importantes cuando uno está en una etapa inicial de detectar una patología”, cuenta el Dr Andres Kleiban, médico cardiólogo. 

“Si yo tengo un paciente que me refiere palpitaciones, esas palpitaciones tienen ciertas características que me pueden inducir a pensar que tiene una arritmia. Hasta el momento, lo que contamos como médicos en el consultorio es el electrocardiograma, lo que pasa que el paciente viene a consultar un día equis que no tiene las palpitaciones. S. los síntomas que describ. el paciente son diarios, se puede hacer un holter, que es básicamente un electrocardiograma que el paciente lleva 24 horas y va registrando todo”, ilustra el Dr Kleiban. “El problema es que muchas de estas personas no tienen palpitaciones diarias, las tienen esporádicamente. Entonces este tipo de dispositivo cómo es un reloj o una banda, que son de utilización permanente, en el momento que el paciente sienta y se de cuenta que tiene las palpitaciones puede tomar los registros de la frecuencia y la periodicidad de estos síntomas”, agrega el cardiólogo.

Los relojes inteligentes más modernos son capaces de detectar indicios de fibrilación auricular

El Dr. Kleiban refiere un caso específico, donde un paciente fue capaz de registrar correctamente síntomas con uno de estos relojes inteligentes: “El smartwatch no solo registró el evento y la frecuencia, sino que trazó algo bastante parecido a un electrocardiograma. Fue sumamente importante poder comprobar la frecuencia a la que se elevó [el ritmo cardíaco] y también cómo se le pasó, con lo cual a partir de este hallazgo pudimos empezar a tener una terapia un poquito más efectiva”, cuenta Kleiban. “Entonces, per se no son dispositivos médicos, no van a diagnosticar, o uno no lo utilizaría para diagnosticar, pero sí para lograr tener una monitorización un poquito más exhaustiva en aquellos pacientes que están diagnosticados, que ya están tratados y ver cómo evolucionan a lo largo del tiempo. Como son elementos de utilización permanente, ahí vienen muy bien”, concluye el especialista cardiovascular.

Un smartwatch puede tener un impacto positivo muy grande en nuestra vida, no solo contribuyendo a reforzar hábitos saludables y empujándonos a ser más activos. La información que recoge también puede ser una herramienta muy poderosa para ayudar a los médicos a evaluar y diagnosticar problemas de salud.