Pablo Javkin, intendente de Rosario desde este martes, encabezó por la noche su primer acto ante los ciudadanos en el Monumento a la Bandera, luego de jurar en el Concejo Municipal –enfrente–, y aseveró que buscará que la ciudad “sea sinónimo de respeto”.

“No quise asumir solo –comenzó su discurso el nuevo jefe del Ejecutivo local–; quiero y necesito hacerlo frente a ustedes. Quiero que todas las vecinas y vecinos de la ciudad me acompañen en el enorme esfuerzo que va a significar poner «Arriba Rosario»”.

“Ojalá este adulto esté a la altura de aquel pibe que soñó ser intendente”, dijo al recordar que ése era su sueño desde chico, y en ese sentido volvió a remarcar que “la infancia será la prioridad” de su gestión, algo que demostró al dedicar su primera actividad oficial del día a un encuentro con niños y niñas.

“Los chicos y los abuelos serán nuestros maestros, son ellos los que más saben de esto. Los pibes porque ya están creciendo en un mundo que cambia para mejor. Los abuelos porque nos recuerdan cuando éramos más amigables. Y tenemos que recomponer algo tan lindo como la vecindad”, expresó.

En otro párrafo de su discurso, Javkin opinó que “el mundo está lleno de divisiones y lamentablemente, la Argentina también” pero comparó: “Los rosarinos somos bien distintos. Tenemos ideología, rivalidades y hasta broncas pero todavía nos queda esa sensación tan linda de que al otro lo conocemos de algún lado. Y me emociona gobernar una ciudad en que el otro es alguien”.

“Sueño con que Rosario sea sinónimo de respeto –continuó Javkin–, sueño con que cuando un turista vuelva de Rosario a su lugar recuerde para siempre que estuvo en una ciudad en la que las normas se respetan y que lo cuente, para que lo sepan todos”, dijo.

En esa línea, prometió desplegar “todos los agentes en las calles” bajo una premisa: “Control, control y más control” para que Rosario “sea una ciudad posible de ser vivida”.

Sobre seguridad, se refirió al gobernador electo Omar Perotti, en cuya asunción Javkin estará este miércoles en Santa Fe y le expresó: “Vamos a trabajar juntos en muchas cosas, pero una de las más importantes será en la administración de la información y los recursos de las fuerzas provinciales. No tenemos armas de fuego, no nos corresponde, pero sí tenemos información, observación, vigilancia e inteligencia social desplegada en el territorio”.

En otro orden, el intendente avisó: “Quiero que, cuando le entregue el mando a quien me suceda, el tiempo haya vuelto a sus relojes para que lo usen en menos trámites y más amor, más juego, más paseos, más ocio, más libertad. Eso también es respetar”. Y prometió “caminar, hablar con los vecinos y vecinas, escuchar mucho” y ocuparse “sobre todo de las cosas más comunes”.

“Vamos a tener que gobernar una ciudad en la que ya hay hechas y bien un montón de cosas, pero a la que le faltan muchas y, vaya detalle, tendremos muy poca plata. Comprometí a todos –los miembros de su gabinete– a ser creativos y austeros”, aseguró.

El radical, que corta 30 años de gobierno socialista en Rosario, también dedicó en su alocución nuevamente palabras a su mentor y referente Raúl Alfonsín, a los ex combatientes de Malvinas y a deportistas y referentes culturales locales.