David Narciso (DN): Hola. ¿Qué tal las vacaciones? Estuviste por Uruguay, ¿no? 

Mariano Galíndez (MG): Sí y mirá el libro que me compré y ya estoy terminando de leer

MG: Es sobre el proceso de extensión del contrato de la terminal de contenedores del puerto de Montevideo a la empresa belga Katoen Natie (KN), que se firmó en 2021.

DN: Ah bueno: alta literatura para las vacaciones. Veo que te desenchufaste del laburo…

MG: jajaj. Es que me invitaron para ir el 14 y el 15 de agosto a Montevideo a participar del Primer Foro Fluvial Sudamericano, evento coorganizado entre CAF, banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, y el Instituto de Desarrollo Regional de Rosario (IDR). 

DN: Mirá que interesante. Ahora, a juzgar por el título del libro, el autor no apoyó la extensión del contrato de la concesión.

MG: Tal cual. Pero estoy viendo los paralelismos y el impacto que tiene lo que pasa en Montevideo con el puerto de Rosario

DN: Me interesa. A ver.

MG: KN se quedó con la concesión en 2001 hasta 2031. Pero a cambio de una inversión de u$s600 M, la más alta en la historia portuaria de Uruguay, y de no avanzar contra el Estado en un juicio por u$s1.500M por un tema que está en el terreno de la controversia, logró que en 2021 le extendieran la concesión por 50 años, hasta 2081.

DN: ¿Juicio, inseguridad jurídica en Uruguay? No te puedo creer… eso solo pasa en Argentina.

MG: Full chicanas hoy

DN: Tenés razón, ahora en serio: ¿Cincuenta años de concesión, no es mucho? Recuerdo que en 2002 a TPR en Rosario se le dieron 30 años. 

MG: Es una cantidad de difícil digestión para el paladar progresita y estatista, pero es lo que se está "estilando" ahora a nivel mundial, sobre todo porque la magnitud de las inversiones de infraestructura que necesitan los puertos demandan muchos años para amortizar. Hay casos de hasta 100 años. Así que la prensa picante ya puede ir preparando el título de “Entregan la soberanía del Puerto de Rosario por 50/80 años”. Jaja  

DN: Hoy estoy en "contrera". Me quedé pensando que en Uruguay, 10 años antes del fin de la concesión ya lo extendieron. En Rosario, estamos a 8. ¿Estamos a las puertas de un proceso similar? ¿Me estás queriendo decir algo de eso?

MG: Si analizamos que durante la gestión de Perotti el Enapro recuperó la institucionalidad que como ente de control que había perdido y que el gobierno de Pullaro tiene vocación reformista, como lo muestra en el tema de la Caja y la Constitución, todo indicaría que estarían trabajando en esa línea.

DN: Perooooo…

MG: Lo que me dicen desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, desde donde se ejerce la jefatura política de los entes portuarios, es que la extensión hasta ahora no está en su agenda. El foco lo tienen puesto en la revisión de los cumplimientos del contrato de la concesión actual, desde las inversiones prometidas a los pagos de canon en tiempo y forma pasando por todos los compromisos operativos tomados. 

DN: ¿Descartado, entonces?

MG: Al menos por ahora. El foco lo tienen en la normalización de la concesión, proceso que arrancó en la gestión anterior del Enapro, que -no en vano- tenía como vice a su actual presidenta.

DN: La empresaria alimenticia Graciela Alabarce.

MG: Algo me dice que si se encamina la relación entre poder concedente y concesionario, puede ser un tema de la agenda 2026. Si se quiere extender el contrato sería una picardía no encararlo con un gobierno con tanto respaldo legislativo y con un Enapro que tiene en el directorio al CEO de la Bolsa de Comercio

DN: Una integración poco común en la historia del Enapro. 

MG: A mi me parece que el gobierno no quiere que TPR le marque la agenda como se lo hizo al gobierno de Lifschitz, a quien le incumplían inversiones para presionarlo por la extensión. Este gobierno no está apurado y no va a clausurar ahora la posibilidad de que, en 2032, haya una nueva licitación.

DN: Ya quiero seguir con ese tema.  Pero antes: ¿tenés algo más del caso de esta relación “portuaria” entre Montevideo y Rosario? Es que  logísticamente siempre se dijo que Montevideo es el puerto natural para el trasbordo de las cargas que salen de Rosario. 

MG: De todo el interior. Permite exportar directo y es una terminal más amigable para el interior que las de Buenos Aires.  En Montevideo, que le compite de atrás a Buenos Aires como muelle regional centralizador de cargas, hay dos terminales: la concesionada a KN, que es la más importante. y otra pública pero en la que trabajan operadores privados, siendo el gran protagonista la firma Montecon. Y esa sociedad tiene una única accionista que es la chilena Ultramar.

DN: Los accionistas principales del TPR en Rosario.

MG: En efecto. El tema es que hay una dura controversia legal entre Montecon y KN porque los belgas sostienen que tiene la exclusividad en el movimiento de contenedores.

DN: ¿Y cómo va la batalla jurídica y política?

MG: A KN la apoya el gobierno y a Montecon la oposición. Pero la verdad es que KM le sacó mucha ventaja en infraestructura al muelle público donde opera Montecon. Y ni que hablar si se concreta la megainversión prometida a cambio de la extensión. 

DN: ¿Eso puede afectar directamente al Puerto de Rosario? 

MG:  A Ultramar seguro le impacta en su estrategia de negocios para el Río de Plata. Pero no en sus negocios en Rosario porque las cargas  van a Montevideo, con independencia de la terminal.

DN: Ahora sí, volviendo al tema del futuro del puerto de Rosario. ¿Ves espacio para no apurarse en extender la concesión porque pueden aparecer otros interesados en unos años?. 

MG: Ultramar es un equipo clase mundial. Es como tener a Bayern Munich en nuestra liga. El tema es que en Rosario tiene como socio minorista en TPR a Vicentin, que -sin plata para invertir y sin reputación- es un ancla para el desarrollo del puerto.

DN: Y te agregaría con llegada política muy debilitada al no haber ganado Juntos por el Cambio las presidenciales.

MG: De vez en cuando se reúnen con algunos diputados nacionales del PRO por Santa Fe, como con Chumpitaz. El tema es que cuando las autoridades de turno le insinúan por qué no se sacaba de encima a Vicentin siempre decían que es costumbre del holding operar con socios locales.

DN: ¿O no será que no querían el “socio” que les podrían querer colocar en lugar de Vicentin?

MG: Desconozco si hubo algún interesado. Lo cierto es que Ultramar se portó muy bien con Vicentin. Lo sostuvo y no lo sacrificó en las malas de la firma.    

DN: ¿O no será que Vicentin quiere vender caro esas acciones?

MG: No trascendió. Puede ser que tampoco quieren perder el negocio. Pero lo que leí es que desde que Ultramar tiene capitales canadienses adentro algo está cambiando en esa política de asociaciones regionales. Y así lo pude ver en el libro sobre el caso de Montecon, firma a la que primero ingresó como accionista minorista en una sociedad de socios locales mayorista, pero que ahora controla en un 100%

DN: Che, parece que a toda costa no querés a Vicentin en los muelles.

MG: Te la doy vuelta. A toda costa, porque sigo de cerca la performance que tienen los chilenos en muchos muelles, quiero que Ultramar pueda desarrollarse en Rosario. Y por eso el gobierno debería colaborar en quitarle los escollos.

DN: Ah bueno, te pusiste la camiseta de Chile.

MG: Ja, no te digo en serio, son operadores de primer nivel. Pero tienen que demostrar si quieren jugar en serio en Rosario con fuertes inversiones, como parecía cuando llegaron, o si repetirán el caso de Montevideo, que Montecom era la líder pero luego los pasó KN.

DN: Todo bien, pero lo más importante es que el gobierno le exija primero el cumplimiento de los compromisos asumidos, como bien te dicen en el Ministerio de Desarrollo. 

MG: Obvio. Aunque es difícil hacerlo si tu socio está en la lona. Como sea, la clave es entender que no sobran empresas internacionales de esa talla y en un negocio tan particular como el portuario que quieran venir a invertir al puerto de Rosario. Y por el contrario, arribistas con ganas de hacer negocios opacos en el puerto local sobran. 

DN: Y de esos el puerto de Rosario sufrió varios. Bueno, te cambio de tema. Vi que estás de coordinador en un panel, de la visita del ex alcalde de Medellín y ex gobernador de Antioquia Sergio Fajardo. 

MG: Muy interesante y muy importante será la movida de la semana que viene. Fajardo viene invitado para actividades durante tres días organizadas por la Municipalidad, la provincia y, lo que más resalto, por la Fundación Rosario ya que muestra el pleno compromiso empresario con la ciudad. La Fundación, en este caso, actúa como una suerte de paraguas que convoca desde la Mesa de Diálogo por la Paz, la Bolsa de Comercio, la UNR, iglesias de distinto credo e instituciones representativas del sector privado.

DN: Ese punto me destacaron mucho. Que el objetivo es que le sirva sobre todo al sector privado, que asuma el problema también como responsabilidad propia, conociendo la experiencia de ciudades y regiones que pasaron lo mismo, aunque en una escala mucho mayor y más dolorosa que Rosario. 

MG: Puede servir no sólo desde el punto de vista de la seguridad, sino todo lo que se perdió con ella. Por ejemplo salir de la crisis reputacional, la mala imagen de la ciudad… 

DN: ..bueno, justo esta semana en la que Ángel Di María puso como excusa la seguridad para no venir a jugar a Central.

MG: Ya vamos a ese tema, pero con respecto a la visita del ex alcalde de Medellín, el hecho de que sea un académico, matemático y que haya liderado un cambio en serio en una ciudad que junto con Cali eran sinónimo de muerte, violencia, narcos y atentados, puede ser muy útil tanto para el sector público como privado.

DN: Coincido, pero con una salvedad que no hay que perder de vista. Medellín bajó de 375 homicidios cada cien mil habitantes a 22, que es lo que Rosario tuvo el año pasado, en uno de sus peores momentos. Pero eso no significa que haya una fórmula exportable, que se aplica y va a funcionar acá.

MG: Pero las experiencias ajenas enriquecen, dan ideas.

DN: Sin duda. Lo que hay que saber es que Medellín y Rosario pueden emparentarse por altos niveles de violencias y homicidios vinculados al comercio de drogas, pero el negocio que genera la violencia, las organizaciones que la ejecutan y la escala del problema son muy diferentes.

MG: Te sigo.

DN: Otra cosa. Colombia es un país unitario. Y todo el proceso de recuperación en la región de Antioquía, por decir una, tuvo, además de un liderazgo progresista como el de Fajardo, un acompañamiento muy fuerte y presente del Estado provincial y federal.

MG: Que no sólo tiene que ver con fuerzas de seguridad…

DN: Eso mismo. Hoy después de años de discusiones vemos un gobierno nacional que colabora como nunca antes con trabajo de las fuerzas de seguridad, pero que está completamente ausente en el resto. Y Medellín sacó la cabeza del agua a partir de una política represiva sólida, pero acompañada de muchas otras cosas.

MG: ¿Por ejemplo?

DN: Políticas socio comunitarias, educativas, planificación urbana, transporte. El icónico metro de Medellín, sobre el que en la última campaña debatieron Pablo Javkin y Juan Monteverde, lo hizo y lo sostiene en gran parte el Estado federal. Acá el gobierno de Milei dejó librado a su suerte el transporte urbano del interior y está ahogando el sistema ferroviario. 

MG: Recuerdo que en marzo pasado, Fajardo dio una entrevista en Radiopólis, en Radio Dos, y decía muy claro que la recuperación de Medellín fue causa nacional.

DN: Y eso tiene varias aristas. La primera es que los gobiernos asumieron un liderazgo determinante, para lo cual destinaron mucho presupuesto en políticas sociales, educación, dispositivos de seguridad y urbanismo. Es decir Estado presente, pero presente en serio. En ese sentido a Rosario le dicen despectivamente la Medellín de Argentina, pero a la hora de poner, no la tratan como Colombia trató a Medellín.

MG: ¿Y qué otra arista le ves?

DN: Que esto no es un problema sólo del sector público.

MG: Justamente, lo singular de las actividades de Fajardo en Rosario es que se armaron para que tenga más protagonismo el sector privado que el público, y que esa actitud no les impuesta a los empresarios sino que nace de ellos, de la Fundación Rosario, de la Bolsa.

DN: Hay iniciativas institucionales que se vienen haciendo en ese sentido. Desde las universidades con su debate y actividades académicas …

MG: …. pasando por la Bolsa que con la actual conducción abrió su agenda un poco más allá de las cotizaciones, los mercados y los intereses de sectores productivos.

DN: No te olvides del Foro Regional Rosario que también viene trabajando una agenda donde los privados buscan la manera, desde su lugar y cosmovisión, de ser partícipes de la reversión de la crisis reputacional de Rosario.

MG: Es cierto.

DN: Tengo muy presente encuentros que hizo el Foro con grupos empresarios de Chihuahua, en México, y de Cali, en Colombia, que se organizaron no para formar escuadrones de la muerte, sino para mantener vivas las economías locales, abrir oportunidades, apuntalar proyectos sociales, vincularse con el Estado de una forma que no sea sólo pedirle que baje impuestos y, sobre todo, evitar ser funcionales a las economías ilegales.

MG: Che, para ir cerrando, Por lo que dijiste más arriba no te gustó la explicación que dio Di María de por qué no aceptó volver a Central.

DN: Está en todo su derecho de decir lo que le parezca. No tiene por qué hacerse responsable de lo que pasó en su ciudad natal, pero podría haber ayudado. No al intendente o al gobernador o a la ministra Bullrich, sino a su ciudad y su club. Son personas influyentes, ellos lo saben.

MG: ¿Pero no crees que esa haya sido la razón?

DN: Si es o no, no lo sé, pero manejó muy mal el tema. Primero, me llama la atención que no haya comunicado él mismo la decisión, sabiendo la expectativa que generó, y de la que sí es responsable. ¿Cuál es la razón de tener a la ciudad y al club a la expectativa, o hacer ilusionar a los hinchas? Si era por la seguridad, debió decirlo de entrada.

MG: Hablando con empresarios sobre el tema me decían que, respetando totalmente su decisión individual, fue innecesario hablar de la inseguridad. Podría haber dicho que no era su momento y ahorrarle el daño a la ciudad. Fijate lo que me decía un accionista de un hotel de Puerto Norte: “Matan a un miembro de un banda criminal en el barrio más perdido de Rosario que la mayoría de la clase media ni sabe dónde queda, pero si sale en tele nacional se me caen reservas de los porteños, como si eso pasara en Puerto Norte”. 

DN: Todos metemos la pata o nos equivocamos en el manejo de determinadas situaciones. Es un aprendizaje. 

MG: Son jugadores de fútbol… 

DN: Lo que digo es que Di María es un jugador de la elite mundial, campeón del mundo. Lo mismo pienso de la justificación que hizo Rodrigo De Paul sobre los cantitos homofóbicos y racistas de la selección contra Mbappé y Francia…

MG: …que relativizó las letras de las canciones de tribuna. Dijo que por ahí no le prestan mucha atención a las letras.

DN: Claro, pero si sos la selección campeona del mundo, no da lo mismo. Sos referente, ejemplo para millones de hinchas y pibes. Si hace años se sanciona a los clubes por cantos de ese tipo de sus hinchadas, vos no podés justificarte en que las letras no es importante, que te dan lo mismo. ¿Y vos, qué ves?

MG: Que es fácil culpar a la inseguridad de Rosario. Permite tapar otras razones que también explican conductas. Es como me dijiste al principio con lo del latiguillo de culpar a la inseguridad jurídica del país por decisiones económicas que se toman. Claramente existe la inseguridad, pero a veces hay otras razones que también tallan en las definiciones. Bueno, te leo el panorama político de mañana. Chau. 

DN: Abrazo.