El arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, se dirigió al presidente Mauricio Macri durante la misa de celebración de el Señor y la Virgen del Milagro para señalar que "los pobres no son una molestia, son una oportunidad".

"Mauricio has hablado de la pobreza, llévate el rostro de la pobreza", le dijo el arzobispo al presidente .

Luego de recordarle que él había prometido luchar por el objetivo de alcanzar la pobreza cero en el país, el prelado convocó al jefe de estado a escuchar a los pobres que, dijo, "son maestros que nos enseñan".

"Ha venido a un buen lugar, a encontrarse con el Señor. Dios transforma el corazón y provoca la libertad", dijo el arzobispo al tomar la palabra luego de la homilía que pronunció un sacerdote colombiano.

En ese tono hizo extensivo el mensaje al resto de las autoridades políticas presentes en el acto, entre quienes también estaban el candidato a vicepresidente y gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.

"Esto que digo vale para todos y para todo lo que se juega en el mundo de la política. Los pobres no son una molestia. Son una oportunidad. Los pobres son maestros que nos enseñan", afirmó el arzobispo.

Y, al presidente, le dijo: "Cuando usted empezó dijo que iba a luchar por la pobreza cero. ¿Qué le puede decir Salta ahora?".

"Ayer, cuando veía los mineros,veía a gente humilde. Trabaja en La Puna. han venido caminando con 15 grados bajo cero. Trabajan en esa situación. Es gente que trabaja horas y horas en situaciones de inclemencia para darle riqueza a la república", aseguró.

Respecto del caso de los mineros, que peregrinaron hasta Salta, dijo: "Ellos vienen juntos, el dueño de la mina, el gerente y el último de los mineros. Y provocan una nueva sociedad. ¿No es posible venir juntos caminando por la historia? ¿Por qué creemos que la historia tiene que hacerse desde la pelea?"

"Nos lo enseñan los pobres", aseguró y añadió: "Por eso Mauricio has hablado de la pobreza. Llévate (entonces) el rostro de los pobres. Son dignos, ¡son argentinos!".

Además, entre aplausos de la gente, el arzobispo Cargnello acotó: "Son respetuosos y merecen que nos pongamos de rodillas delante de ellos. Vale para todos hermanos, nada más".