Una empleada policial quedó detenida bajo sospecha de ofrecer a la venta las motos secuestradas que estaban en la dependencia policial donde prestaba servicio, la Comisaría 10ª de la ciudad de Santa Fe. También quedaron detenidos su pareja y otros dos supuestos cómplices. Todos los involucrados fueron imputados este viernes en los Tribunales de la ciudad de Santa Fe por el fiscal capitalino Ezequiel Hernández.

Voceros del Ministerio de Seguridad indicaron que la investigación se inició a raíz de una denuncia que detallaba que el esposo de la mujer policía era el encargado de ofrecer los vehículos en el barrio.

Esta semana, la Delegación Centro Norte de Asuntos Internos allanó la vivienda de la pareja, donde secuestraron tres motos: una marca Motomel 110, una Honda Wave y una Suzuki, todas con indicios de haber estado secuestradas en sede policial.

Asuntos Internos también incautó actuaciones penales de las cuales la involucrada era responsable de llevar adelante en su función de Responsable de la Investigación Penal (RPI), a las que no les había dado trámite o que ni siquiera se encontraban registradas de la dependencia, indicaron fuentes oficiales.

También detallaron que la imputada utilizaba para su uso particular una moto con pedido de secuestro.

En forma simultánea, se allanó la vivienda de un familiar de la actual pareja de la empleada policial, donde los efectivos secuestraron varias motopartes, documental de interés y una motocicleta marca Yamaha Criptón que registraba pedido de secuestro activo por robo.

Además, allanaron un taller mecánico del norte de la capital provincial, donde secuestraron motopartes de dudosa procedencia y su propietario quedó detenido por encubrimiento.

Algunas piezas pertenecían originalmente a la moto que conducía la policía detenida y que fue secuestrada en su domicilio, señalaron las fuentes.

Desde este último domicilio también incautaron un revólver calibre 38 y detuvieron a un hombre por tenencia indebida de arma de fuego.