Con lo que pareciera ser un dato preciso, personal de Brigada Motorizada irrumpió este jueves en un pasillo ubicado en el extremo oeste de la ciudad y secuestró una partida de drogas lista para la venta, a la par que detuvo a tres sospechosos de operar en el búnker o la “casa de acopio”.

Fuentes policiales indicaron que el procedimiento tuvo lugar en Campbell y Gaucho Rivero, un sector postergado llamado El Cañaveral, donde personal policial intentó identificar a tres hombres que estaban en la boca de un pasillo.

Esquivando la burocracia de un allanamiento formal y alegando un posible delito flagrante, los efectivos tomaron por asalto el pasillo y redujeron a los tres presuntos vendedores callejeros.

Parte de la droga estaba en una bolsa de consorcio, en una caja fuerte y en un patio. Según se indicó, la Policía requisó al menos tres viviendas precarias y se incautó de poco más de un kilo de cocaína y medio kilo de cannabis prensado, todo ya fraccionado en envoltorios, además de 600 mil pesos.

La irrupción policial no cayó nada bien en algunos habitantes que se tornaron hostiles, dijeron las fuentes. Por eso, dos mujeres resultaron demoradas por “entorpecer el procedimiento”, que la Policía continuó en Provincias Unidas y Seguí.

Alexis M. (24); Diego S. (19) y Franco C. (26) quedaron a disposición de la Fiscalía de Microtráfico y alojados en la Comisaría 32ª.

En tanto, en otro procedimiento antidrogas en la región, personal de la Policía Federal (PFA) allanó una vivienda en el sur de San Lorenzo e incautó una escasa cantidad de drogas.

El operativo terminó con cinco chicos menores de edad que fueron atendidos por el área de Niñez, ya que según la investigación de los federales, eran usados como “pasamanos” para entregar la droga, además de ser testigos del proceso de fraccionamiento. Otros dos niños fueron entregados a sus progenitores. Según voceros de la causa, los siete menores estaban sumidos en una “profunda vulnerabilidad” que demandará un abordaje integral.