Con dos acusados en el banquillo y pedidos de prisión perpetua, este lunes comenzó en Rosario el juicio por el asesinato del empresario villagalvense Ricardo Capu" Capoulat, quien fue acribillado hace tres años en barrio Las Delicias, en el marco de un plan premeditado para robarle una camioneta 4x4 que días después fue recuperada tras una persecución.

La investigación por ese crimen, cometido el 3 de junio de 2022 en Brandoni al 1900, entre la cortada Turín y Dorrego (altura del 5900), condujo a Marlen Aguilera (27), una joven que ejercía el trabajo sexual y está acusada de haber entregado al empresario, y a Elías Jeremías Vallejos (26), integrante de una banda de tiratiros al servicio de un miembro de Los Monos. Un tercer involucrado, señalado como coautor, permanece sin identificar.

Aguilera y Vallejos están acusados de homicidio calificado criminis causa y homicidio por concurso premeditado de personas, agravado por el uso de arma de fuego, en concurso real con portación ilegítima de arma de fuego de guerra, todo en calidad de coautores.

Según la imputación, aquella noche del 3 de junio Aguilera se puso en contacto con Capoulat, un empresario del rubro panadero, y lo citó en Moreno al 6300. El hombre llegó en su Volkswagen Amarok negra y, junto con su acompañante, salieron de Rosario por la autopista a Buenos Aires. “Lo que parecía una cita o un encuentro personal era, en realidad, el inicio de un plan criminal”, se escuchó en los alegatos de la acusación.

Horas después, Capoulat y Aguilera regresaron a la ciudad, y el paso de la Amarok quedó registrado por cámaras de Batlle y Ordóñez y Oroño.

En algún momento, Vallejos y un tercer hombre no identificado subieron a la camioneta, acaso con el consentimiento del empresario, que no advirtió que estaba siendo entregado. Los sicarios desenfundaron armas y, frente a un portón de Brandoni al 1900, hicieron bajar a Capoulat y lo ejecutaron de diez balazos.

Los autores huyeron con la 4x4 y algunas pertenencias, aunque no llegaron a llevarse la billetera de la víctima, donde había 2900 dólares, 14 mil pesos y documentación. Las cámaras captaron parte del recorrido de la huida: tomaron Moreno, luego Oroño, Circunvalación y finalmente Mendoza hacia el oeste.

La novedad en la causa llegó con un procedimiento de calle. Vallejos fue detenido el 20 de junio, tras ser interceptado por el Comando Radioeléctrico mientras conducía la Amarok de Capoulat, asesinado 17 días antes.

El contenido del celular que le secuestraron en ese operativo permitió reconstruir su participación no solo en el caso Capoulat, sino también en el intento de ejecución del policía Gabriel Sanabria, por el que fue acusado en abril pasado.

En tanto, Marlen Aguilera fue detenida el 15 de agosto de 2022 en un pasillo de Moreno al 6300, en barrio La Granada.

Ese mismo día, otro allanamiento de la División Inteligencia de la AIC tuvo lugar en Mateo Booz al 9000, en barrio Gráfico, donde los detectives encontraron cinco autos robados, los papeles de la Amarok de Capoulat, armas de fuego y notas con amenazas dirigidas a jefes de bandas criminales presos. El mismo aguantadero aparecería tiempo después en otros episodios de sangre vinculados al crimen organizado más rústico.

Según distintas investigaciones, Vallejos actuó como tiratiros durante el violento primer semestre de 2022, bajo las órdenes de Matías “Pino” César, recluso de la cárcel de Piñero cercano a Los Monos, condenado a 40 años de prisión por múltiples causas, entre ellas los atentados al Poder Judicial de 2018.

Las pesquisas también vincularon a Vallejos con un sicario llamado Sebastián Coronel, también acusado de haber disparado contra el policía Sanabria. Por esos días, ambos fueron asociados a la banda de Los Picudos, un grupo de tiratiros villagalvenses compuesto por adolescentes, señalado como “mano de obra barata” dentro de la economía del delito.

Ante los jueces Gonzalo López Quintana, Silvia Castelli y Alejandro Negroni, el fiscal Pablo Saldutti sostuvo que Capoulat “no fue víctima de una discusión de tránsito ni de una riña vecinal, sino que fue elegido como blanco, fue atraído mediante un engaño, fue ejecutado con frialdad y sus pertenencias fueron sustraídas por quienes ya sabían que iban a hacerlo desaparecer”.

"El homicidio de Capoulat no fue producto de una casualidad trágica, sino que es el resultado de un plan cuidadosamente preparado", dijo la Fiscalía.