El ex campeón de Rosario Central Marcelo Alberto Toscanelli fue condenado este martes por ser uno de los dos jefes de una banda dedicada al juego clandestino. Recibió la pena de tres años de prisión efectiva y el pago de una multa de dos millones de pesos. La sentencia la cumplirá en su casa porque de acuerdo al cuerpo médico forense del Poder Judicial sobre complicaciones de salud que padece.

El juez Martín Gauna Chapero homologó un juicio abreviado que se llevó a cabo en la ciudad santafesina de Vera. En el proceso se contemplaron los aportes que hizo Toscanelli en la causa al dar información en carácter de imputado colaborador o "arrepentido".

Según los fiscales Rubén Martínez y Nicolás Maglier, el ex jugador y actual contador "reconoció que era el receptor final de las apuestas que se realizaban a través de la plataforma informática Aconcagua Póker".

Para los fiscales, la asociación ilícita se dedicaba a la "explotación, administración y organización de un sistema de captación de juegos de azar online que no contaba con la correspondiente autorización estatal”.

“La actividad clandestina que realizaba la asociación ilícita perjudicó a la administración pública a través del ocultamiento de la actividad. Sumas millonarias de dinero eran detraídas del juego regular y autorizado –del que resulta beneficiario directo el Estado e indirecto los contribuyentes–, lo cual hace mermar las arcas estatales y sus posibilidades de subvenir a las necesidades públicas”, afirmaron.

Según los funcionarios judiciales, "había miembros que se encargaban de instalar o colocar una aplicación y/o programa en algún dispositivo electrónico y se les creaba un usuario. De esta manera, los jugadores podían ingresar a la página, acceder a los juegos y cargar créditos que luego utilizaban para hacer las apuestas”.

“En la organización también había personas que cumplían el rol de «cajeros», quienes se ocupaban de cargar créditos a usuarios, cobrar en efectivo, pagar premios y rendir cuentas. Asimismo, en Vera, Malabrigo, Reconquista, Margarita, Rosario y otras ciudades, había otras personas que eran los «recaudadores», quienes recaudaban el dinero en efectivo de los distintos «cajeros»”, concluyeron.