Después de apoyar durante los 90 minutos, los socios de Newell’s, son ellos los que van a la cancha (¿sólo ellos?), silbaron el final del partido con Aldosivi. La salida de Gamboa no cambió demasiado la ecuación y no tenía porqué hacerlo un puñado de días después por más que Adrián Taffarel, el entrenador interino que apuesta a ser definitivo, haya intentado retoques para que el equipo mejore.

Esos silbidos son la última foto de un partido en el que Newell’s jugó un primer tiempo espantoso y mereció ganarlo en el segundo.

Pero esa sensación, la última, es la que le quedó a Nacho Scocco que declaró muy duro ante las cámaras de la TV Pública.

“La gente tiene que entender y no tiene que pedirles a los pibes o a los entrenadores por lo malo que se viene haciendo hace 7 años. Hace 7 años que el club viene muy mal dirigencialmente y les están pidiendo a los pibes y a los entrenadores que salven ese desastre y la verdad que lleva tiempo cambiar la cosa y nosotros vamos a hacer lo posible para eso”.

“La gente tiene que apoyar, hay muchos chicos del club y deberían apoyarlos. Deberían apoyar al entrenador interino, al entrenador que se fue, que vino a poner la cara... Son situaciones que le hacen mal a la institución. La gente tiene que hacer un análisis y pensar que el club hace 7 años que es un desastre institucionalmente. Todo va de la mano. El resultado de este partido y los resultados de todos estos años que van pasando es producto de lo mal que se vienen haciendo las cosas. Ese es el análisis que tiene que hacer la gente”, se despachó el capitán rojinegro.

En estos 7 años, por tomar el mismo plazo que marca Nacho, de Martino para acá, si hay un sector al que no hay que reclamarle nada es al público, que en su gran mayoría hasta pagó un año y medio de cuota sin contraprestación alguna sólo para apoyar a la institución.

Scocco tiene razón, a los chicos hay que apoyarlos, pero los más grandes deben asumir su cuota parte

También es cierto que con medio equipo lesionado, es muy poco lo que puede hacer un plantel que sólo tuvo como refuerzos para esta temporada incorporaciones de segundo nivel que deterioran, no por culpa de ellos, el potencial de un grupo de futbolistas ya bastante debilitado.

¿Qué puede hacer la gente más que alentar al equipo que en muchos pasajes juega muy mal y expresarse al final del partido con silbidos cuando el resultado no es bueno, que es lo que pasa casi siempre?

El jueves, tras la salida de Lema por lesión, el único referente que quedó en la cancha fue Scocco.

Maxi afuera y jugando en cuentagotas, Aguerre en el banco, Pablo Pérez lesionado, Julián Fernández volviendo de a poco, Escobar recuperándose y ahora Lema.

Medio equipo afuera, pero medio equipo que tampoco fue la solución cuando estuvo adentro de la cancha. De hecho algunos, como Aguerre, perdieron el puesto por bajo rendimiento.

Desastre parece una definición un poco fuerte para una institución que a pesar de todos los pesares y los desmanejos pudo mantenerse en la máxima categoría, piloteó una situación económica muy seria y hasta jugó competencias internacionales en estos últimos 7 años.

Es cierto que la dirigencia no dio la talla, pero tampoco los jugadores modificaron demasiado la tendencia. Mucho menos las contrataciones.

Suele decir el Tata Martino que la realidad de Newell’s, como la de la mayoría de los equipos de la primera división del fútbol argentino, no es salir campeón todos los años, la realidad es que suceda de tanto en tanto.

El desafío es que esas transiciones sean lo más prolijas y lo menos dañinas posible. Que los altibajos no sean tan pronunciados. De protagonista a terminar entre los últimos y empezar a mirar el promedio. No debe ser así.

El público es otra categoría, es lo más sano que tiene el fútbol. Conviene aclarar que se escribe sobre simpatizantes, no delincuentes, que también conforman otra categoría.

Pero el público no se toca, es como el cliente, siempre tiene razón.