La Conmebol presiona, la AFA es condescendiente y los clubes de la Liga Profesional comenzaron la cruzada empujados por las estructuras: la vuelta del público a las canchas es un objetivo que desde la lógica parece lejana, pero desde los intereses tiene casi todas las herramientas para que sea posible.

El Gobierno ya respondió negativamente hace unas semanas apoyado en la opinión de sus sanitaristas, pero todo se puede charlar.

Este año, con o sin público, se jugará la Copa América. Pero si es con público mejor. Y una de las sedes es Argentina.

En abril se decidirán las sedes de las finales 2021 de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. Argentina tiene muchas chances de organizar la definición más importante, pero es necesario el bullicio popular. De hecho, Palmeiras y Santos jugaron en el Maracaná con una porción de hinchas.

Y Defensa y Justicia le ganó la Sudamericana a Lanús en Córdoba con un puñado de simpatizantes y allegados que viajaron desde Florencio Varela y Lanús. En Argentina ya hubo un partido con gente, aunque pasó casi desapercibido. Y nadie alzó la voz.

A propósito de La Docta, el Córdoba Open (tenis) se está disputando con 500 personas por turno en las tribunas. No es fútbol, pero marca tendencia.

Una cosa es la ficción de las declaraciones y otra la realidad.

Mientras las autoridades nacionales promueven la mesura, a la vez escuchan atentamente el petitorio que nace en Luque y se reproduce en la porteñísima calle Viamonte que ahora trasladó sus acciones a Ezeiza.

“La vuelta de los hinchas es muy esperada y muy necesaria, pero la vamos a seguir trabajando en forma mancomunada con el gobierno nacional y sus políticas sanitarias. Ojalá las condiciones estén dadas lo más rápido posible, es lo que queremos todos”. El que habla es Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors y vicepresidente de la Liga Profesional, un personaje de los más influyentes del fútbol criollo aunque no pueda ofrecer la ostentosidad de River o Boca, que fogonean el regreso del público a las canchas parapetados detrás de Malaspina y otros que están en el frente de batalla.

Las dirigencias rosarinas están fuertemente alineadas con la movida de la Liga Profesional. Casi tanto como los medios hegemónicos por los que no dejan de desfilar dirigentes enumerando casi de manera calcada los argumentos que sustentan el retorno de la presencialidad en las gradas de la máxima categoría del fútbol argentino. Una verdadera cadena nacional.

“La Copa América está completamente confirmada. La idea es que se juegue con un porcentaje de público, un 30%”, explicó el miércoles Gonzalo Belloso desde Paraguay. El ex dirigente y jugador canalla es el secretario general adjunto de fútbol de la Conmebol que, se insiste, ya logró que en Argentina se jugara un partido con público sin que nadie levantara la perdiz: la final de la Copa Sudamericana.

Por lo demás, se debe reconocer que cada vez son más los “dirigentes autorizados” para ver los partidos en los distintos escenarios de la Liga Profesional.

Los controles son escasos, prácticamente no existen, y los protocolos brillan por su ausencia en la mayoría de los casos.

“Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino mantuvo este mediodía una reunión con el Jefe de Gabinete de Ministros (de CABA), Gustavo Coria, para el regreso del 33% de público a los estadios una vez que el proceso de vacunación planificado para los próximos meses continúe avanzando. Cabe señalar que Coria, durante el encuentro, manifestó el acompañamiento de la Ciudad a esta solicitud. Posteriormente, Claudio Tapia, se juntó con Jorge Ameal y Rodolfo D'Onofrio, máximas autoridades de Boca Juniors y River Plate respectivamente, para dialogar acerca de esta solicitud planteada mediante escritos a los distintos gobiernos provinciales”.



Este comunicado de la AFA es de los primeros días de febrero e inmediatamente después llegó la carta, del mismo tenor, de Tapia a los gobernadores de todas las provincias que tienen equipos en la Liga Profesional: Omar Perotti (Santa Fe), Juan Manzur (Tucumán), Axel Kicillof (Buenos Aires), Rodolfo Suárez (Mendoza), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Juan Schiaretti (Córdoba).

Todos ellos miraron de reojo a la Casa Rosada y, por ahora, obraron corporativamente.

No parece ser el momento más apropiado para el regreso del público a las canchas sobre todo por la época del año que se acerca, pero la presión y los intereses son muy grandes.

Al menos ya lograron poner sólidamente el tema sobre la mesa, algo que en enero, apenas ayer, parecía imposible.