El último lunes a las 22.31, ShowMatch iniciaba su temporada número 30 con Marcelo Tinelli como conductor y artífice de la continuidad.

Las poco más de dos horas de una suerte de planeado autohomenaje comenzaron con la (a esta altura) "tradicional" apertura. Con prólogo cinematográfico, el también casi habitual “editado de doblajes” organizó su propia línea de tiempo con fragmentos de films com. A Hard Day’s Night, Rambo, Nace una estrella, Rapsodia Bohemia, Terminator 2 y Los Intocables.

A Robert De Niro y Lady Gaga le siguió un despliegue coreográfico variopinto (con la participación estelar de Sofía Morandi y Julián Serrano) y una intermitencia de imágenes de los distintos momentos del ciclo al tempo de canciones de los 80, 90 y 2000.


Un “momento familiar” audiovisual con capturas de las hijas e hijos de Tinelli hizo de puente para que 16 vocalistas cantaran los temas musicales que marcaron los distintos momentos del programa.

Si bien la apertura mostró un presupuesto más acotado que otros años, volvió a ser la misma puesta ajustada. Esta vez, todo se hizo bajo techo y el “homenaje a las mujeres” y la participación de Mora Godoy conformaron el rubro “artistas invitados/as”.


Este bloque de “inicio” entre grabado y vivo se llevó casi la primera mitad del envío que comenzó con (el hoy casi prehistórico) VideoMatch, engendró luego Ritmo y devino en Bailando por un sueño o Bailando, a secas.

Treinta años de televisión argentina que partieron de un editado de bloppers hasta llegar al dantesco montaje de tres piletas con agua en un estudio de TV. 


En el medio, pasaron cosas: humor, sketches, cámaras ocultas, peleas, escándalos, varios Gran Cuñado, coreografías multitudinarias, recitales internacionales (Poison, Roxette, Bon Jovi, por citar algunos ) y la más amplia paleta de ritmos de la pantalla chica.

Todo eso es ShowMatch. Todo eso fue y es “el gran show de la tele”. 


Y si la enumeración es solo eso, una suma de palabras, las tres décadas se hicieron masa a las 23.07, cuando empezó a sonar “Twist and Shout”. Ahí estaban los históricos, los intermedios y los más recientes colaboradores de Marcelo Tinelli en todo este tiempo pasado.


El reencuentro se tradujo en una suerte de pogo aniversario, entre lágrimas, abrazos y sonrisas.

Entonces, Marcelo agradeció a todas las personas de colaboraron en las distintas etapas del ciclo. La lista continuó con su familia. “los maestros” –José María Muñoz, Juan Alberto Badía y Gustavo Yankelevich– y las mujeres.

"Hay cambios culturales que son buenísimos y llegaron para quedarse. (Quiero) agradecerles a todas las mujeres, que son las protagonistas de estos cambios", dijo.

Casi no hubo menciones de coyuntura. Si bien había cierta expectativa sobre alguna declaración con referencias políticas o económicas, Tinelli evitó la grieta y sólo dijo que “en momentos como este es cuando ShowMatch puede ser más útil, cuando valorás al que te saca una sonrisa”.

También señalo que con el paso de los años el programa "fue madurando, evolucionando (...) Ahora el mundo es otro, la sociedad es otra, los códigos son otros, la tele es otra".


Mientras el “muchacho de Bolívar” –como se autodenominó– hablaba, el rating también se movía. Había saltado de los 14,4 puntos del inicio (marca que le dejó Argentina, Tierra de amor y venganza) a 17,4. Pasada la primera hora ya rondaba los 21.4. El pico de este primer envío fue de 22,4 puntos.

Inaugurada formalmente la temporada número 30, se sucedieron distintas notas y sketches que marcaron la suerte del programa cuando el humor era el eje. 

"Deportes en el recuerdo", con Pachu y Pablo. "El insoportable", con José María Listorti y Diego Pérez. "Figuretti", con Freddy Villarreal; Los Tack See Boys (Pablo Granados, Carna, Pichu Straneo y Pachu Peña) junto a la China Suárez; y un encuentro con propósito entre Diego Korol y Lionel Messi en Barcelona.


Antes de finalizar, la producción “sorprendió” a Marcelo con un video en que sus hijos contaban quién era para ellos su papá.

Cuarenta y seis minutos después de la medianoche, el regreso de ShowMatch pasaba de título a crónica. Lo que sigue es el pulso de un conductor para "interpretar" los cambios y el presente de la televisión.