El 8 de marzo, en conmemoración al Día Internacional de la Mujer, se estrenó por Star+ una serie creada por el rosarino Juan Pablo Buscarini en la cual muestra la crueldad que vivió una isla de República Dominicana dominada por el dictador Rafael Leónidas Trujillo. Los 13 capítulos evidencian abuso de poder, violaciones a los derechos humanos, violencia de género, muerte, torturas, silencio, miedo, luchas, consecuencias, convicciones y el deseo latente de tres mujeres: que sus hijos puedan vivir en libertad.

Se trata de “El grito de las mariposas”. Un drama histórico, social y político que refleja la vida de Minerva Mirabal escoltada por sus hermanas Patria y María Teresa. Tres activistas políticas que arriesgaron sus vidas marcando el camino de la revolución y despertando conciencias.

Trujillo conoce a Minerva en una fiesta, intenta aprovecharse y ella lo frena adelante de todos los presentes.

La producción hispano-argentina fue rodada en Colombia y para contar las atrocidades cometidas durante 30 años por el gobierno de Trujillo la historia se centró en una relación de amistad entre la inmigrante española Arantxa Oyamburu, protagonizada por Susanna Aabaitua y Minerva Mirabal por Sandy Hernández. Una decidió apostar a ser bailarina y terminó envuelta en las manos violentas del gobierno. La otra se convirtió en la primera estudiante mujer de una universidad pública pero además, decidió enfrentar al poder y luchar para que el pueblo recupere su libertad. Arantxa se adaptó a la leyes del juego, Minerva las quebró. Ambas fueron víctimas de la perversión del poder. 

Con la complicidad del todo un sistema político, Trujillo hizo con las mujeres lo que quiso. “Era capaz de ir a los colegios, señalar a sus colaboradores a una niña de 14 o 15 años, para después llevársela a la cama y saciar sus instintos más bajos. Y podía haber casos de padres que estuvieran de acuerdo porque esa situación les generaba algún ascenso social y político, y además el beneplácito del Presidente. Hubo jóvenes, víctimas de este tipo de maltrato que terminaron suicidándose”, señaló con crudeza Ricardo Rodríguez, quien junto al resto del equipo de guionistas investigó exhaustivamente el modo de vida durante los años del trujillismo.

Padres entregaban a sus hijas menores por devoción al régimen trujillista

El proyecto estuvo dirigido por Mariano Hueter, Leandro Ipiña e Inés París  y realizado por Pampa Films y Gloriamundi Producciones. Y si bien se centra desde 1930 a 1960, los temas sensibles que se reflejan en cada capítulo continúan vigente: violencia de género, abusos de poder, femicidios, entre otros.

"Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte"

“Ya se canta un ¡sí se puede!, y entre esencias misteriosas ya las mujeres hermosas llevan alas en sus hombros, y salen de los escombros volando las mariposas”, anunció Sandy Hernández encarnando a Minerva Mirabal. Es el final de una poesía que mucho tiene que ver con la vida de la activista política que frente a mucha gente se atrevió a rechazar el abuso y acoso del entonces presidente Rafael Trujillo. Desde entonces él se obsesionó con ella.  

Minerva realizó huelgas de hambre mientras estuvo detenida como forma de manifestación

Minerva, junto a sus hermanas y compañeros, fueron las encargadas de crear el partido político 14 de junio, un grupo de izquierda que pugnó por la liberación de la República Dominicana y el principal motivo por el cual la joven estuvo encarcelada en reiteradas oportunidades. Allí sufrió y se resistió a múltiples maltratos físicos y psíquicos. 

Luego de las manifestaciones, los dominicanos eran reprimidos hasta la muerte

El 25 de noviembre de 1960 cuando Minerva, Patria y María Teresa regresaban de visitar a sus esposos que continuaban presos, fueron emboscadas por agentes del SIM enviados por Trujillo. Las tres hermanas fueron golpeadas hasta su muerte. 

La provincia en la que nacieron las Mirabal lleva su apellido, en honor a su lucha y resistencia pero además, 39 años después del trágico final, las Organizaciones de las Naciones Unidas declaró la fecha del fallecimiento de “las mariposas” como el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”. 

Desde entonces, las activistas dominicanas se convirtieron en un símbolo contra la violencia de género y la reivindicación de las mujeres.